Aria Inferno - A Divine Journey (2017)
Progressive Metal
Autoproducido
2017
Temas
A Divine Journey
Funeral for the Swan
At the Mountains of Madness
Venus Reborn
The Strange case of any human
Frost at Midnight
Elaine
In the Blink of an Eye
A Divine Journey (epilogue)
Formación
Voces: David Requejado
Guitarras: Fran Suárez
Guitarras: Juanra Cobo
Teclados: David Ortal
Bajo: David F. Castro
Batería: Felipe Martinez
Crítica
Hoy me enfrento a una de las reseñas más complicadas que he tenido que redactar pero la verdad es que vale la pena intentarlo y a ver si puedo conseguir que se entienda bien de qué clase de disco estamos hablando.
Empezaré referenciando un poco a la banda y a su historia pues ya hace algunos años que llegó a mis manos el debut de Aria Inferno llamado Absinthe Episodes y que me cautivó. En él encontré a los restos de una formación que me encantaba como era Moonlight Fear, banda andaluza de power y uno de mis vocalistas favoritos como era Gus Monsanto (Adagio) en lo que fue un disco progresivo con claras influencias de los franceses, dejando lejos, bastante lejos el power que alguno de sus miembros practicaron antaño.
Para mover en vivo la maquinaria, tuvieron que prescindir de Gus a las voces y reclutar a otro fuera de serie como es probablemente nuestro vocalista más internacional: Ronnie Romero. Debido a la distancia y al largo número de proyectos en los que está embarcado, también tuvo que abandonar la banda que acabó completando su formación actual con algún que otro cambio más que también comentaremos.
Para que este proyecto viera la luz, se decidió emprender un exitoso crowfounding (en el que por supuesto, participé) que ha hecho posible tener en las manos esta pequeña joya no apta para todos los públicos: "A Divine Journey".
Comandando la nave, está Fran Suárez, un guitarrista madrileño afincado en Úbeda (Jaén) tras el que se esconde una de las más prodigiosas técnicas nacionales (interpretativas y compositivas) y por desgracia con no todo el reconocimiento que debería. Con él nos encontramos a otro excelente guitarra como es Juanra Cobo quien ya demostró en el trabajo debut y en los vídeos de grabación de éste, su buen hacer.
Se mantiene a los teclados David Ortal y han reclutado al bajo a otra máquina como es David F. Castro quien ya había trabajo la banda anteriormente.
Una formación de esta calidad y este nivel no puede sino, tener cerrando la base rítmica a otra bestia aunque también relativamente anónima como es Felipe Martinez.
Tras el elenco de vocalistas sencillamente impresionantes que han pasado por la banda, conseguir un frontman que sea capaz de girar, defender lo anterior y que mantenga el alto nivel de sus componentes, no parecía una tarea para nada sencilla.
Así que llega el último miembro espectacular aunque tampoco con el reconocimiento merecido como es David Requejado, profesor de música y para la escena underground, conocido por su impresionante trabajo en Perfect Smile o también en Handful of Rain y Maverick. Otra voz distinta, con personalidad y mucho más camaleónica de lo que podíamos sospechar.
Así pues, con muchas ganas, sabiendo que si el progresivo que practican ya no era fácil, pues esta vez aún se le había dado alguna vuelta de tuerca más, me adentré en la escucha de este trabajo con el primer tema que da nombre al disco: "A Divine Journey".
Nos metemos en materia ya de manera fuerte y potente con el tema más largo del disco, pues estamos hablando de casi 14 minutos de iniciación. Esto incluye una pequeña primera parte instrumental a modo de intro, lenta, un poco más épica y sobretodo dejando claro que la oscuridad va a dominar todo el trabajo, partiendo de acordes menores y dando rienda suelta a múltiples variantes disminuidas y diferentes figuras menos usadas dentro del metal.
Rapidísima entrada con sweap pickings que dan paso a un marcado ritmo guitarril que ya actuará como base del tema.
La batería de Felipe, además de marcar un ritmo nada plano, está llena de platos y adornos metálicos que ayudan a que no hablemos de un ritmo estándar y se arranca David a la voz: Un timbre, con un color agudo, pero variando hasta llegar a cierto rasgado le confiere un nuevo estilo personal que encaja perfectamente en la banda. Y un estribillo melódico y melancólico que contrasta con el resto del tema.
Bastantes roturas con espacio para el bajo de David y los teclados del otro David marcan lo que es básicamente un protagonismo guitarrístico innegable. Progresivo de quilates, nacional al alcance de los amantes del género como una delicatessen, pero de difícil entrada (al menos de primeras) para los neófitos.
Ya no hablando a nivel interpretativo, sino compositivo, nos encontramos a la figura del genio loco que ha ideado en gran parte esta locura como es Fran Suárez. Mente privilegiada capaz de combinar belleza, melodía, oscuridad con fuerza y dureza como si nada. La verdad es que tengo la espinita de ver en directo el trabajo de este fiera al cual le sigo desde hace múltiples proyectos, esperando que se reconozca su trabajo y su visión como merece.
Siguiendo con el tema, tenemos también la parte con una estructura más veloz, que incluye el solo en los que se alternan Fran y Juanra dejando detalles realmente prodigiosos. Un espectáculo que ya hemos podido ver "en vivo" en las video grabaciones de estudio.
La temática no deja tampoco impasible, pues en el segundo corte vamos al funeral de un cisne. Oscuridad y cierta dosis de locura en el sonido tapping inicial nos llevan a una duración, prácticamente la mitad de su tema predecesor: 7 minutos.
Evidentemente no podemos esperar sino que múltiples roturas, cambios de ritmo y de tempo, una cierto protagonismo de los teclados y unas guitarras principales que solo ven su primer plano solapado por la voz de David quien ha realizado un trabajo sencillamente impresionante eligiendo de su amplio repertorio el registro más adecuado para estas complicadas melodías.
Vale la pena remarcar también los coros y desdobles de voz que realiza confiriendo más cuerpo al resultado y también el trabajo vocal que realiza el ideador del trabajo como son los guturales del propio Fran, contrastando mucho con David y acabando de conferir esa oscuridad melancólica de la que están dotadas últimamente las composiciones del guitarrista, como vimos en su reciente tercer disco en solitario: "Upon the Nightside Throne".
"At the Mountains of Madness" vemos un arranque con un cierto recuerdo a la última etapa de Symphony X, mucho más agresiva. Riffs de guitarras afilados y brutales y un doble bombo intermitente potente y que también resulta agresivo cual disparos junto al bajo a lo largo de todo el corte.
La voz de David nos muestra un registro mucho más agresivo, rasgado y que quizá podría copar un plano un poco más principal en cuanto a presencia se refiere, aunque ese detalle es una nimiedad dentro del conjunto global de este auténtico discazo, aunque insisto, si eres neófito dentro del metal progresivo más agresivo, confiérele muchas escuchas, desgrana cada una de las partes y veras que a cada escucha descubrirás algo nuevo, matices, detalles, adornos, y podrás ver que la agresividad se va transformando en historia melódica y con un sentido, quizá un poco loco, pero es que estamos hablando desde las montañas de la locura!
La intensidad baja con "Venus Reborn". También la duración (6 minutos?). Nos encontramos con guitarras limpias, ritmos de batería propios de otros géneros y sin atreverme a llamarlo balada, el tema es lento y bonito en su primera parte, con un protagonismo del bajo imprescindible. La segunda parte cobra fuerza, contundencia pero sigue desarrollando este renacimiento de la Venus. Muy redondo, sentido y recomendable, donde es necesario de nuevo destacar una voz llevada a los extremos más agudos!!!
Superamos ya la mitad del disco en número de cortes, y ya ampliamente en duración con "The Strange Case of any Human". Ritmo pesado inicial y aceleración progresiva en otro tema de contrastes vocales agudos / guturales. Estribillo con nueva combinación de acordes cero plana, cercana a una película de terror, pero que confieren al oyente una sensación fresca, de algo nuevo, al menos no trillado cien millones de veces como las canciones del verano o incluso temas de power de fácil entrada.
Siguiendo un poco más la linea de su primer trabajo y recordando a bandas como los mencionados Adagio o los suecos-finlandeses Divine Fire, llega "Frost at Midnight", donde nos sentimos más cómodos y relajados en la escucha, con nueva majestuosidad concebida por los teclados.
El sonido del trabajo es francamente bueno y la masterización tiene toques agudos y metálicos ideales para la potencia y el alto volumen, incluso en vehículo. Gran trabajo también.
El piano es el gran protagonista de "Elaine". Aquí hecho de menos conocimientos personales más profundos, pues no soy capaz de decir si es más barroco, más chopinero o con qué clásicos del piano comparar. Pero si puedo decir que hablamos de un tema oscuro que una vez finalizada la introducción del piano da paso a otra guitarra limpia que acompaña levemente a David Requejado en una interpretación poderosa donde nos regala matices tipo André Matos, donde sube, donde rasga, donde corta, vamos una lección vocal en un tema lento que posiblemente sí se pueda considerar balada esta vez.
Antes de llegar al epílogo nos queda el último tema llamado "In the Blink of an Eye", que sigue una linea de tapping muy parecida en su arranque al funeral del cisne ya mencionado, pero esta vez desdoblándose Juanra y Fran, con un apoyo brutal de David y Felipe. La violencia desprendida por la batería es superior y el corte ofrece una redondez en "solo" 9 minutos. Este guiño del ojo nos deja de nuevo un estribillo memorable y un corte de proporciones épicas a la hora de componerlo e interpretarlo, con una alta velocidad, muy melódico a la par que potente y que vuelve a recordar a esos Symphony X, esta vez quizá más de su primera época, para mí, la mejor.
Sencillamente impresionante este trabajo, de una calidad técnica fuera de serie (de lo mejor que he escuchado en este país) y con una calidad compositiva digna de un genio loco, como ya he mencionado en varias ocasiones a lo largo de la reseña (perdóname Fran!), pero hay que ser un visionario y tener un don especial para componer un trabajo como éste.
A modo de resumen, si te gusta el metal progresivo, no lo dejes escapar, si eres fan de Symphony X, joyita al canto, si te gusta el metal potente y eres abierto de mente, escucha obligada y si sencillamente te gusta desgranar composiciones complicadas, bien hechas de calidad y con un aire más bien melancólico-deprimente, vas a rallar el disco de tanto escucharlo. Ahora bien, si únicamente te gustan los himnos fáciles, tarareables y saltar a un ritmo uniforme, bueno, quizá aquí puedas descubrir algo nuevo!
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