Ripollet Rock 2014
Una vez más como año empezó el festival que da arranque a la temporada de conciertos o bien el último del verano. La verdad es que siempre lo he vivido como el arranque de temporada y como siempre, fue a lo grande!
Empezó más o menos puntual con un ambiente que recordaba al de otros años, es decir, gran afluencia de gente con ganas sobretodo de fiesta y metal. Ver a unos cuantos miles de personas en un entorno cuyo punto en común es el metal, siempre es motivo de orgullo y de sonrisa. A medida que avanza el año musical, ciertamente se echa en falta esa afluencia, pero siempre es gratificante ver que el heavy aun es capaz de mover masas y de todas las edades!
Arrancó Drakum, banda local del Vallés, quienes acaban de lanzar el videoclip de avance de su primer álbum “Torches will rise again” y que tanto triunfa y tan buena aceptación tienen al menos a nivel local e internacional!
La banda saltó al escenario los primeros y siempre es sabido que es difícil abrir y calentar a la gente. También es complicado cuando una banda se ha acostumbrado a escenarios de tamaño reducido, dar el salto a grandes escenarios como el que ocupaba este en el Parc dels Pinetons de Ripollet. Pues bien, Drakum saltó a comérselo todo y a entregarse en cuerpo y alma al público. Y qué gran satisfacción ver que el público hizo lo mismo. Desde prácticamente el primer momento, Walls of Death, gritos y vítores llevaron a la banda en volandas! La verdad es que Drakum triunfó de lo lindo consiguiendo lo que otras bandas de mayor importancia les costó o incluso no llegaron a conseguir: Divertir a todos.
Independientemente de que te guste el folk o no, de que te gusten los guturales o no, lo que no deja ningún tipo de duda, es que instrumentalmente los vallesanos son una fiesta e invitan a ello.
Así desde “Song For Your Death”, “Absynthe” o “The Wanderer” el público respondió y bailó. Los teclados de tipo keypath de Albert no dejaban de coordinarse con la flauta de Oriol y el violín de Caleb. Instrumentos que invitan al baile popular. Javi no dejó de animar a los presentes con éxito y hasta consiguieron hacer bailar como trolls y vikingos a los varios centenares que abarrotaban la parte delantera del escenario con su tema “Wall Of Deadly Troll”.
Toda la noche las guitarras de Feni y de Mark sonaron coordinadas y dieron muestra de cómo combinar, fuerza, fiereza con folk del más clásico y repartir cera a la par que buen rollo. El bajo de Jose Luís da el punto justo y adecuado a la base rítmica junto a la batería de Xavi. Antes de finalizar habían conseguido varios puntos de éxtasis, como por ejemplo con el Trollhammaren de Finntroll, que fue tan popular como alguno de los temas propios del grupo ya que la banda empieza a tener un repertorio con algunas canciones que pueden empezar a considerarse clásicos como "Spirit” o la más que conocida y así lo demostró la gente (un servidor también) cantando a pulmón “Around The Oak”, himno con el que finalizaron su actuación demostrando que están capacitados para afrontar cualquier reto que les venga y superarlo con éxito.
Era el turno de una de las bandas nacionales que más están llamando la atención en estos dos últimos años, los gerundenses Morphium quienes siguen presentando su segundo trabajo Crónicas de una Muerte Anunciada que tanto ha dado que hablar positivamente entre público y medios que lo han metido en sus listas de mejores discos del año.
En un festival que no se centra en un estilo en concreto y en el que vemos a bandas death compartiendo escenario con el hard rock, siempre está la duda de como responderá el público y no queda otra que batirse, como dice el clásico. Salir a comerse el escenario de la manera en que lo saben hacer los chicos de Morphium y no dejar a títere con cabeza. Y así lo hicieron una vez más. Arrancaron con "Vuelvo A Caer" arrasando con todo y el público reacciono a la llamada sumándose a la fiesta.
El escenario por grande que era, vibraba con los saltos y enfurecidos golpes de Alex y David, que ya ha demostrado que es uno más de la banda. Para saber como se dejan la piel en las tablas sólo hace falta sentir su descarga y darse cuenta de que su puesta en escena no es una mera pose.
"Sin Sentido!, "Libérame"... los temas iban cayendo y nos presentan el single del disco, la tremenda "En El Abismo". Lur no hay que dejarla de lado con su voz limpia contrastando a los guturales de Alex a la vez que se encarga de los teclados.
¿Es posible sentar al público de Ripollet? pues... si! Alex hizo lo propio pidiendo al personal que se agachara acabando el show. Y lo sorprendente es que la gente le siguio y las primeras filas respondieron a la llamada de Morphium.
No defraudaron, por algo Morphium se están ganando la fama que les empieza a preceder. El trabajo duro, obtiene la esperada recompensa.
Última actuación nacional la tercera de la noche y así llegó el turno de Dark Moor, formación que había tenido ya la suerte de poder ver en directo unos pocos meses atrás y que continúan con su gira mundial de presentación de su último trabajo, “Ars Musica”.
El repertorio de la banda dio un pequeño repaso a su trayectoria más reciente (tienen nueve trabajos de estudio) pasando eso si siempre, por los trabajos desde la llegada de Alfred Romero a la formación.
“Ars Music” abrió a modo de introducción lo que parecía iba a ser una gran noche, una gran fiesta musical. Así “First Lance of Spain” cayó como un rayo sobre los asistentes que esperaban con ganas dosis de caña, esta vez mucho más melódica.
La verdad es que Enrik Garcia pareció que tuvo algún pequeño percance con el sonido de su guitarra, pues esta no transmitía la fuerza y la potencia a la que nos tiene acostumbrados. Como si no funcionara bien el canal de distorsión o no sé bien qué, pero la verdad es que una vez acabado el tema, se retiró un momento y dio con la solución para seguir adelante con el concierto, aunque la verdad es que no se esconde detrás de una potente distorsión en el directo y opta por dejar paso a todas y cada una de las notas sin mucha floritura de efectos, sencillamente la justa para ser la guitarra, las composiciones y el público.
También se evidenciaron según me contaron algunos asistentes, un sonido mejorable en función de la ubicación. Las torres de sonido laterales parece ser que no dejaban toda la nitidez deseable para disfrutar completamente del show, pero un servidor que estuvo inicialmente en el foso para luego seguir el concierto bien centrado, puede decir que lo gozó al máximo.
Nada más saltar al escenario, Alfred Romero, ataviado con su último look, salió dispuesto a comérselo. Gafas de sol tapando media cara, barba densa tapando la otra media y pañuelo en la cabeza daban la sensación de que un pirata acaba de salir del barco para comerse el mundo y así fue. El recital vocal que dio, fue más que suficiente para saciar cualquier duda sobre el directo espectacular que ofrece como frontman y que su voz no solo luce en un trabajo de estudio.
La banda siguió desgranando tema tras tema e intercalando clásicos como “Before the Duel” con temas mucho más recientes como “Together as Ever” o “The City of Peace”.
El equilibrio del cuarteto radica en una compensación con un altísimo nivel interpretativo, que es lo que exigen sus composiciones. Así tras el reputado guitarra, compositor y arreglista Enrik Garcia se esconde una figura que bajo mi punto de vista se ha convertido a nivel personal en la gran revelación al bajo, dando otra vez, un espectáculo monumental. La verdad es que puede parecer un tópico en ocasiones, pero esta vez más que nunca la figura de Mario García no es la base rítmica que da solidez al conjunto. En Dark Moor, Mario García se convierte en piedra angular tanto en el apoyo que requiere Enrik en los solos, como en los propios solos que realiza o en la parte de melodía estructural de los temas. No me queda duda que cualquier asistente disfrutó e incluso pudo llegar a quedar maravillado con el trabajo en directo del madrileño con su exhibición de tappings, solos y espectáculos y juegos varios.
La banda funciona muy bien a nivel mundial motivo por el cual adoptan el inglés y funcionan de lujo, pero la verdad es que en los dos temas que tienen en castellano son los más coreados y en este caso, el homenaje a la reconquista con el “El último Rey”, no fue una excepción. Otro de los cuatro pilares de la banda es la batería de Roberto Cappa. Solvente, potente y seria, jugando con cambios de ritmo, elegancia y velocidad en partes iguales.
“Love From the Storm” dio paso al single de este último trabajo y que resume un poco la actualidad de la banda: “The Road Again”, coreada también por los numerosos asistentes tras la excelente introducción de Enrik García quien derrocha clase por todos lados.
Uno de mis temas favoritos de este último trabajo “Living on a Nightmare” fue dando carpetazo a la actuación, de la que Alfred se quejó que tuvieron que cortar temas por el timming que la organización siguió de manera muy estricta. Así pues “On the Hill of Dreams” fue el punto final a los temas de lengua inglesa y que dio paso al apoteósico final de “La canción del pirata”. Quizá la mejor manera de aprender poesía clásica en este país, sea poniéndole música.
Muy buena la actuación de la banda que nos dejó con ganas de más y que seguro que consiguió ganar nuevos fans tras un más que notable directo.
El festival iba viento en popa y la gente lo estaba pasando bien. Muchas melenas al viento y muchas chupas que debían llevar cierto tiempo en el armario fueron desempolvadas. La organización, como evento musical, rayó la perfección. No todo el mundo opinará lo mismo en cuanto al bar se requiere que quizá se viera un poco colapsado por una organización de éste un poco “desorganizada”. La verdad es que valdría la pena poner colas más marcadas de modo que todo el mundo pudiera saber detrás de quien va, como si de cajas de supermercado se tratara. Seguro que se ahorrarían broncas entre los asistentes y contra los propios camareros que poca culpa tenían o al menos no toda y tuvieron que tragar demasiadas recriminaciones.
En esto llegaban al escenario una de mis bandas favoritas allá por los finales de los noventa y principios de siglo cuando las bandas sinfónicas y de power italianas copaban el mercado con productos que rallaban entre la innovación y la perfección con varias figuras que siguen siendo hoy día míticas. Una de estas bandas fue Vision Divine, proyecto personal del guitarra de Labyrinth Olaf Thorsen y que contó esde sus inicios con la figura de Fabio Lione (Rhapsody) en la parte vocal y Andrea “Tower” Torricini al bajo. Estos tres miembros siguen manteniéndose hoy en día en la formación aun a pesar de que Fabio estuvo unos años fuera de la banda, siendo sustituido por otro de los mejores vocalistas de italia, el que actualmente milita en Secret Sphere, Michelle Luppi. Es decir que la banda siempre ha estado a nivel máximo con figuras muy conocidas y esto facilita siempre tiene un resultado: éxito.
Pues después de la primera edición del Rock Machina me planté muerto de ganas de ver en acción de nuevo a Vision Divine y solo unos pocos meses después de ver en directo también al señor Lione: El rey de la selva vocal!
Arrancaron los italianos con la introducción vocal de su último trabajo “Destination Set to Nowhere”, “Si fuose foco” que dio paso al primer tema del disco: “The Dream maker”.
La verdad es que me emocionó poder hacer fotografías de la banda pues significa mucho para mí que determinados clásicos a los que he admirado y seguido su trabajo en los últimos años, pues una década y media más tarde pueda estar disfrutando de ellos de esta manera.
En la actualidad la formación la completan la segunda guitarra de Federico Puleri, Alessio "Tom" Lucatti a los teclados y la batería rápida y contundente de Alessandro "Bix" Bissa que fueron los encargados de seguir dando caña con “Beyond The Sun And Far Away”. Fabio Lione no puede decirse que practique un castellano de libro pero si el suficiente para hacerse entender sobradamente y conseguir una cercanía con el público muy grande. Mucho más fácil la interactuación y consiguió que la gente vibrara con la banda que siguió desgranando temas como “The Street Of Laudomia”.
Olaf Throsen se mostró sobrio, elegante y feliz sobre el escenario. No me atrevo a decir que años atrás fuera el inventor de determinado tipo de palm mute muy rápido, pero sí que me atrevo a decir que es una técnica que básicamente que interpretada por él, se me hace muy reconocible sobretodo en sus primeros temas más veloces, tanto en Vision como con Labyrinth y pude disfrutar de ello en directo otra vez. La verdad es que la guitarra de Federico le hace la vez con total éxito y garantía, siendo también un estilizado punto de apoyo en el show que ofrecen los italianos.
“Violet of Loneliness” dejó paso a un tema que fue el último grabado por Fabio a modo de single antes de su anterior salida de la banda, para ser grabado luego en disco por su sucesor “Michelle Luppi” y recuperado ahora en directo por el carismático frontman , “Colours of my world”.
La verdad es que el sonido mejoró notablemente y me permitió disfrutar mucho de la actuación aunque valga decir que a los que no conocían a la banda y sus temas, quizá les pudo llegar a aburrir un poco, pues pecaron de cierta falta de dinamismo en el escenario, a excepción de Fabi que sudó la camisa de lo lindo, haciendo un símil deportivo, pero valiendo también de forma literal.
Entre sus muchas interacciones con la gente, incluso nos dejó elegir sobre que tema y banda queríamos escuchar una versión y así mayoritariamente “Wasted Years” de Iron Maiden ganó la partida, a mi parece ampliamente, al “The Final Countdown” de Europe. Andrea Torricini hizo las veces de Steve Harris mientras Olaf nos regalaba el tapping inicial y que tan popular hicieron los británicos.
Y así fue concluyendo el show con “Of Light and Darkness” y el tema que da nombre a su último trabajo “Destination set to nowhere” que daba paso para finiquitar el espectáculo, a lo que fue uno de sus primeros éxitos: “Send me an Angel”.
Disfruté mucho del directo de la banda, aunque adolecieron de ese dinamismo que provocan gozo y contaminan de alegría a todos los asistentes. Eso sí, el derroche de virtuosismo es total y me arranco en varias ocasiones una sonrisa de admiración, tanto instrumentalmente, como el gran Fabio con sus propias cuerdas; las vocales.
La noche avanzaba y rápido y llegó el turno a los más lejanos, los suecos The Poodles, a los que no tenía la suerte de haber escuchado previamente, pero de los que me habían hablado muy bien, como de una muy buena banda de Hard Rock, comparable a otra sueca que es muy de mi agrado como son H.E.A.T.
Saltaron al escenario del Ripollet, con aun una horda de cientos de heavys con ganas de fiesta, a pesar del horario, que corearon a los suecos que fueron quienes mejor sonaron a lo largo de toda la noche. Después de tomar posiciones el guitarra Henrik Bergqvist, el joven batería Christian Lundqvist, quien no paró de sonreír y mostrar que estaba disfrutando a lo largo de toda la noche y el bajista Pontus Egberg, sonaron y apareció en escena con un elegante pero rockero traje blanco en showman y vocalista Jakob Samuel, quien me recordó en vestuario, poses y descaro en ocasiones a Axel Rose, evidentemente 20 años atrás en el tiempo.
Arrancaron con “Misery Loves Company” y ya dejaron claro que no habían venido a cerrar un festival sinó a poner la guinda al pastel triunfando a lo grande, con gran dinamismo y muy buena respuesta de los asistentes como en “Metal Will Stand Tall”.
Los coros que realizan los miembros de la banda, con un poco más de protagonismo por parte de Pontus, llenan los temas y los dotan a pesar de ser solo cuatro músicos de toda la esencia del Hard Rock y toda la fuerza que este desprende en un directo como en “Cuts Like a Knife” o en la eléctrica y directa “Shut up!”.
La verdad es que todos los que no conocíamos a la banda, nos llevamos una grata impresión y es que no tuvieron ningún reparo ni vergüenza en actuar con el descaro de una banda veterana a pesar de no tener la misma trayectoria que otras mucho más veteranas. Así pues dejaron temas más rápidos y contundentes como “Shadows” o “Line Of Fire” pero demostrando también un lado más sensible como con la balada “Crying” con la que arrancaron un montón de sensaciones a los asistentes.
La noche llegaba a su final después de varias horas de metal y lo hacía con The Poodles anunciando la grabación de un nuevo trabajo y en pleno éxtasis, dejando temas como su éxito “Caroline”, “Kings & Fools” o lo que estaban haciendo en el escenario. Actuar como si no existiera un mañana “Like No Tomorrow”.
Cerraron con “Night of Passion” con unos asistentes completamente tan entregados como exhaustos, pero con lo que fue otra grandísima edición de un clásico del verano. El Ripollet Rock.
Desde SatanArise queremos agradecer, admirar y respetar el trabajo que realiza la asociación junto a la Olla Rock por la música y el metal y permitir seguir demostrando al mundo, que el metal, viva o no en su mejor momento, sigue estando ahí con un grandísimo poder de convocatoria y uniendo a un montón de amigos alrededor de la música.
Nos vemos el año que viene!!!
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