Suspiria + Muro - 13/06/2015 Sala Bóveda (Barcelona)
El sábado 20 de junio nos dábamos cita en la sala Bóveda de Barcelona para ver a una de las bandas emblemáticas del heavy metal nacional. Muro es una banda de largo recorrido, con muchos altibajos en su dilatada historia, pero siempre fiel a un heavy metal rápido y directo y con la personalidad de Silver como buque insignia. En esta ocasión nos encontrábamos a unos Muro renovados en la voz, con Rocsa ante la difícil tarea de sustituir al eterno cantante.
El concierto comenzó puntual, con Suspiria abriendo y demostrando un muy buen saber hacer: rock duro de la vieja escuela, que en algunos momentos recordaba a Motörhead, pero con su propia identidad. Tras unos problemas iniciales en el bajo, su set-list fluyó de forma ascendente mientras se llenaba la sala, y como colofón, Soy del Rock n’roll, un tema pegadizo y coreable, que funcionó muy bien. Destacable la fuerza de Eric Martínez a la batería.
Tras aproximadamente media hora, salían a escena los grandes Muro, sólo con la presencia arrolladora en el escenario ya se intuía que iba a ser una noche inolvidable. Rocsa demostró su capacidad y fuerza en cada canción y muchos de los más jóvenes que no llegamos a ver a Azucena en directo nos encontramos ante la segunda oportunidad de ver a una frontwoman nacional con tanta entrega, haciendo Heavy Metal de toda la vida.
La banda fue alternando canciones de sus discos, Acero y sangre, Telón de acero, y de su último lp, El cuarto jinete. En el set list no entraron canciones de sus otros cuatro lps, y personalmente creo que es algo que deberían cambiar en un futuro: Pacto de sangre, Voy a por ti, Desengancha, Bébetelo todo, España va bien, Corazón de metal o Contra la pared, son algunos de los temas que dejaron fuera. Es evidente que la banda lo que tocó lo hizo con toda la entrega, pero desconozco el motivo por el cual han tomado esa decisión, creo que es una lástima.
Por lo demás, da gusto ver a Muro, por lo que son y por seguir ahí,. Una persona del público me decía que hacía diez años la entrada fue mala y en esta ocasión, aunque la sala Bóveda no se lleno, sí que hubo una amplia presencia de público, y daba gusto ver la ilusión con que la gente se entregaba a la banda en cada canción.
Sin duda, el momento mítico fue con el estribillo de Mirada asesina, con todo el público coreando tras terminar el tema; y para terminar, Fast as a shark, y Ciclón.
El concierto se hizo corto, no por tiempo, sino por las ganas de seguir disfrutando con cada canción.
Gran noche de Heavy metal, con Muro en un gran momento de forma, con una Rocsa que demostró que este muro no se cae a todos los incrédulos.
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