Avantasia - 11/03/2016 - Sala Razzmatazz (Barcelona)
Gran evento el que daba el pistoletazo de salida a un fin de semana que movilizó a miles de heavies y seguidores alrededor de todo el país, el viernes en Barcelona y el sábado y domingo en Madrid con lo que era el gran show que se preveía iba a ofrecer Avantasia con un gran elenco de invitados en directo, por lo que firmaron sendos sold out.
Tanta expectación levantó que no podía ser de otro modo: Desde las dos de la tarde empezó la cola para unas puertas que no se preveía abrir hasta las siete. Meter tanta gente en la sala requería de tiempo y la buena organización, así lo permitió.
De los últimos en entrar, lo primero que me llamó la atención fue el reventón increíble que se presentaba. Hasta las colas de los baños no eran tal cosa sino gente intentando coger un sitio mejor. Otra prueba de ello fue el que se agotara la cerveza a lo largo de la noche en alguna de las barras!
Grupos de amigos, conocidos, nuevas amistades,...a todos les brillaban los ojos ante la expectación del inminente inicio tras las correspondientes pruebas de luces.
Finalmente el silencio dio paso a una introducción instrumental que rápidamente permitió la subida de la base sólida de la banda en vivo que correspondía a:
· Felix Bohnke a la batería, conocido de la afición por su trabajo con Tobias en Edguy.
· Sascha Paeth a las guitarras. Se dio a conocer en los 80 por su trabajo en Heaven's Gate y desde la disolución de la banda, productor en los estudios Gate es uno de los artífices de la existencia y sonido de Avantasia.
· Miro "Rodenberg" a los teclados. El teclista siempre se ha manejado como mano derecha de Sascha desde los tiempos de Heaven's Gate y es conocido por sus trabajos en grandes bandas sinfónicas de talla mundial.
· Andre Neygenfind al bajo, quizá el más desconocido, coge las riendas del bajo de Tobias en vivo.
· Oliver Hartmann, el ex-vocalista de At Vance, se encarga de la segunda guitarra y de unos coros espectaculares.
Además en el escenario siempre se encuentran Herbie Langhans y Amanda Sommerville realizando unos más que espectaculares coros, excepto cuando les toca el papel protagonista.
Ante tal elenco espectacular de músicos se desata la euforia ante un escenario majestuoso con una escalinata central y dos balcones, uno a cada lado y unos juegos de luces maravillosos que permiten que el gran artífice, mente pensante y ejecutora de todo esto salga en escena al grito del single del último trabajo: "Mystery of a Blood Red Rose" que corea como si fuera a ser el único tema al unísono toda la sala.
El sonido inicial ya fue bueno, quizá un poco apagados los teclados y la instrumentación pero en general bueno. Alimentar la entrega de un público tan numeroso, no es tarea difícil y si lo haces con cierta gracia y ofreciendo magia a cada momento, el éxito estaba asegurado.
El tema que daba nombre a su último trabajo llevaba incluida la primera presentación estrella de la noche y es que a interpretar "Ghostlights", llegaba desde lo alto de la escalinata un gran Michael Kiske que, si bien quizá fue el más distante cuando no era su turno de canto, cuando era protagonista nos regaló poses, escenografía y por supuesto la chispa especial que tiene con su timbre de voz, demostrando un estado de forma magnífico.
La verdad es que si nos paramos a pensar en los vocalistas de la noche, la gran mayoría eran leyendas de siempre y eso implica, además de una profesionalidad y reconocimiento intachable, también una edad. Llegó el turno a la hora de interpretar "Invoke the Machine" a Ronnie Atkins de Pretty Maids. Increíble a sus 51 años su aspecto físico, la fuerza que desprende y la voz que gasta el fiera que volvió a compartir escena con el señor Kiske en "Unchain the Light".
Aunque si hablamos de edad, entrega, profesionalidad y estado físico envidiable, hablamos de Bob Catley y sus 68 años. Cuando salió a escena con una americana azul eléctrico, la ovación fue atronadora y la interpretación de "A Restless Heart and Obsidian Skies" y de "The Great Mystery" una vez más, intachables con unos movimientos muy característicos que divirtieron al público que no dejó de ovacionarle.
El espectáculo estaba siendo muy lucido y la verdad es que a un precio, como mínimo, justificado y que estoy seguro que nadie dudo que costaba cada euro de lo que valía la entrada ante tal despliegue de talento de alrededor de todo el mundo.
Otra de las grandes ovaciones de la noche, incluso llantos de emoción y alegría, se dieron cita cuando el señor Jørn Lande apareció en escena para interpretar uno de los mejores y más aclamados temas de Avantasia: "The Scarecrow".
Tras la épica y excelente interpretación, se dieron una charla él y Tobias, como hiciera con cada miembro que tuvo su ratito de protagonismo, para presentar el siguiente tema que el alemán contó que hablaba sobre el enorme rubio noruego: "Lucifer". Piel de gallina.
Como muchos comentamos, ¿estábamos satisfechos? ¿Disfrutábamos? Pues el show aun distaba incluso de su ecuador! Ya que montas un tinglado de esta envergadura, al menos amortizarlo hasta pasadas tres horas! Algo increíble, sin duda.
En "The Watchmakers' Dream" el guitarrista Oliver Hartmann dejó su imprenta vocal con especial protagonismo. ¿Qué habría sido de At Vance sin las voces de este maestro? Increíble su actuación, inagotable tras tanto rato! Y aunque no lo hayamos mencionado específicamente, sobrío, singular y también brillante fue la interpretación de la guitarra solista de Sascha Paeth, quien no dudó en ponerse en primera fila en cada uno de los solos y regalar poses y complicidad con sus compañeros de escenario.
"What's Left of Me" dejaba una nueva presentación en escena, otro legendario mago de las voces y que parece que o bien se ha hecho muchos retoques estéticos, o bien ha hecho un pacto con el demonio, o posiblemente ambas cosas a la vez: Eric Martin pisaba el escenario a lo grande!
La interacción entre los músicos fue muy movida, además de cantar, actuaban con mucho movimiento y complicidad, hecho que solo pueden hacer con seguro, pocos ensayos, unos verdaderos grandes con tablas. Mientras "The Wicked Symphony" dejaba ya un escenario repletito de estrellas, bien cobijados tras los coros de Miro, Oliver, Herbie y la guapísima Amanda Sommerville que además iba engalanada de época.
Precisamente para el lucimiento de las dos estrellas de los coros, eran los siguientes dos temas: "Draconian Love" para Herbie Langhans y "Farewell" para Amanda. Éxtasis entre los multitudinarios asistentes, 2500 personas según rezó varias veces Tobias desde el escenario.
¿Y Tobias? No hemos dicho nada de este monstruo! Se mantuvo dinámico, movido, con una voz muy característica y moviéndose al lado de tanta leyenda, como una leyenda más. Mostrando desparpajo, sabiendo manejar al público y llevando el tempo del show a la perfección. Lo dicho: Una nueva leyenda!
Siguió el repaso a temas más clásicos de la banda como "Stargazers" o "Shelter from the Rain" con Michael Kiske de nuevo en el escenario, en este último tema también con Bob Catley, quien cambió de atuendo llevando esta vez una elegante americana negra con brillantina. Nada como envejecer con clase y eso hace este hombre compartiendo protagonismo con Tobias en "The Story Ain't Over".
"Let the Storm Descend Upon You" de su último disco, devolvió por la puerta grande al gigante noruego al escenario a interpretar ésta y "Promised Land". Sencillamente en este punto, el cansancio, la continua piel de gallina y el júbilo reinante ya había conseguido que, pasada la mitad del concierto la gente no tuviera otra cosa en mente que Avantasia, dejando, sin duda, sus problemas a un lado por un rato. ¿Qué más pedir a un directo que esto último?
El turno de protagonismo de Michael Kiske volvió de nuevo con "Reach Out for the Light" y "Avantasia", dos clásicazos de cuando éste volvía a la escena metalera bajo el pseudónimo de Ernie, hecho que estuvo comentado con Tobias en lo que parecía una entrevista o más bien batallitas que recordaban ambos, dándose las gracias mutuamente. Dos grandes, si señor!
Eric Martin se erigió en gran protagonista del final del show con "Twisted Mind" y "Dying for an Angel", momento en el que la sala, que empezaba a estar un pelín saturada de sonido (¿o eran nuestras cabezas tras dos horas y media largas de show non-stop?), se venía abajo con los cantos de los asistentes, quienes ya había demostrado ampliamente sus dotes bajo la dirección de Tobias, quien consiguió que un par de miles de barceloneses cantaran un pequeño cántico en alemán sobre beber en Barcelona.
Tiempo para un muy breve descanso y un par de bises en los que salió el legendario elenco de músicos a la vez, repartidos primero entre el escenario y la balconada para el single "Lost in Space" y finalmente todos en primera línea, como grandes y buenos amigos, respetados y admirados músicos y leyendas vivas de la historia del rock, todos a la vez aunados con el público al ritmo del medley que conformaron "Sign of the Cross" y "The Seven Angels".
Un show largo pero que para nada se hizo pesado, que hizo las delicias de los asistentes que disfrutaron de un espectáculo que marca un antes y un después dentro de la historia del metal en su formato más operístico con un directo para recordar durante muchos años por todos los asistentes. Muy, pero que muy grande!
Agradecimientos a Rafa Basa y muy especialmente a Carlos Oliver por la cesión de las fotografías.
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