Dry River - 26/01/2019 - Sala Copérnico (Madrid)
Desde que descubrí a los castellonenses Dry River allá por verano de 2015 siempre quise acudir a un concierto suyo... oportunidad que no llegó hasta el 21 octubre de 2017 en la madrileña sala Tartufo.
Recuerdo haberlo disfrutado como hacía mucho no disfrutaba de un concierto y más en una banda nacional cantada en castellano. No podía comprender cómo un grupo de su talento no recibía el reconocimiento que merecen, puesto que, por una u otra razón, fuimos poquitos en la sala que terminó cantando, saltando y riendo en cada uno de los temas que sonaron, cerrando por todo lo alto la gira perteneciente a su segundo disco “Quien tenga algo que decir…”. Más tarde aquella misma noche ya nos dieron detalles de lo que iba a suponer su tercer disco (‘2038’), sobre su puesta en escena, la grabación de los inminentes videoclips con microhistorias que tanto se trabajan, la fecha de salida aproximada….
También hablamos de su flamante directo (aunque por desgracia, demasiado corto en duración) grabado en su tierra natal y de los problemas que surgieron para sacar lo acontecido aquella noche adelante, puesto que no era ni por asomo el setlist que tenían previsto.
En cuestión de un año y medio la afluencia de público a sus conciertos ha sido acorde con la evolución que ha llevado su trabajo más reciente. Ha sido un gran paso adelante a todos los niveles. Los seguidores teníamos muchas ganas de material nuevo y en el año que lleva en la calle su 2038, les ha permitido visitar nuevos lugares y llenar salas allá por donde fueran.
Ése ha sido el caso de Madrid en las dos paradas que han realizado en esta gira. En el concierto que tuvo lugar en marzo no cabía un alma más en la sala, y en el que tuvo lugar el sábado pasado no iba a ser una excepción.
Desde que los vi por primera vez, sentí envidia sana de aquellos que pudieron estar en Castellón y cuando me enteré de que el siguiente concierto en la capital iba a ser en Copérnico, me dije que debía estar allí. Es una sala estupenda con una iluminación muy competente y que por lo general tiene un buen sonido. Algo difícil de encontrar, y no me equivocaba.
En las fechas previas al concierto se fueron dando detalles con cuentagotas, con músicos invitados (Ronnie Romero (Rainbow), Juanjo Melero (Sangre Azul), el omnipresente Julio Castejón (Asfalto), Francisco Mazuecos (A.R.E., Solid Relax Project, Dry River) y Roberto Bravo (también de S.R.P.). No se dijo en qué temas aparecerían los invitados, como es habitual, y poquitos días antes del evento, se anunció que iba a ser grabado en CD + DVD. Estoy seguro de que por parte de muchos cumplieron un deseo y por mi parte no iba a ser menos. A la tercera fue la vencida.
En cuanto acudí a la sala ya se respiraba una atmósfera especial, como especial es para mí el disco que desgranaron en su totalidad en directo, el cual me ayudó en su momento a sobrellevar una pérdida y afrontar con optimismo el día a día y que durante muchos meses se convirtió para mi en una forma de evadirme, perderme entre notas y melodías y disfrutar.
Esa sensación fue constante durante todo el concierto. Tanto en la presentación de cada tema o pequeño interludio a cargo de Ángel, Carlos (que respiran humor a la par de talento musical) y Fanfi. También en los temas de 2038, que se reorganizaron de cara al evento, como una serie de clásicos pertenecientes a sus hermanos mayores (Quien tenga algo que decir y El circo de la tierra), además de colaboraciones especiales y un par de versiones.
Debo decir que suele ser lógico que en una selección de clásicos su segundo disco de tres esté más representado, aunque eché de menos más canciones del circo de la tierra como la canción que da título al disco, ‘La mujer del espejo, ‘Y se lo monta bien’ o ‘Pequeño animal / Aunque sin ti’. De hecho, solo tocaron una preciosa versión acústica de ‘la llave del sol’.
Lo dicho en el párrafo anterior es un apunte personal, únicamente para ser un poco más justo en cuanto a reparto de temas, aunque seguramente se hubiera superado el tiempo programado. En el plano técnico todo estuvo cuidado al más mínimo detalle, tal y como la ocasión mereció. Siempre se presenta algún tipo de problema que se solventó con rapidez, haciéndolo casi inapreciable.
Al fin y al cabo, estuvimos en manos de grandes profesionales y estoy seguro de que se verá reflejado en un trabajo mayúsculo que ponga el broche de oro a un año inolvidable.
PD: Quiero pedir disculpas por la demora en publicar la crónica. Mi idea inicial era hacerlo el mismo sábado, momento en el que se cumplió un año de la salida del disco, pero por motivos de trabajo, se ha demorado unos días más. Espero que, en cualquier caso, disfrutéis tanto como yo intentando transmitiros esa amalgama de sensaciones con las que conviví aquella noche y en días sucesivos… porque es difícil recuperarse de algo así. Desde aquí mi agradecimiento más sincero a todos los que formaron parte de algo tan especial.
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