Cuarta y última jornada del Leyendas del Rock 2019
Y las fuerzas llegaron, las ganas también, con lo que llegamos al camping a las 14h sin comer, e hidratados, pero menos que el día anterior.
Sonaban recién empezados los vascos Incursed, una de las bandas que tiene mejor recepción más allá de nuestras fronteras y no sin razón: Un folk metal, cercano al pagan y que están triunfando con su Amalur, ¡cuarto trabajo ya!
Comandados por un músico inquieto como es Jonkol a las voces (Orion Child, Vhäldemar,...) la banda va completamente caracterizada y lleva consigo múltiples símbolos vascos como el Lauburu.
La verdad es que empezaron ante un número limitado de público pero que se fue uniendo al escuchar la propuesta hasta conseguir rellenar el recinto, mientras sonaban temas como "Aquelarre" o "Amalur".
La formación se presentó sólida con Jones (también en Orion) y Lander, con su frondosa barba, a las guitarras, y Asier Amo (otra vez más, un viejo conocido) a la batería. Los temas, aún a pesar de llevar voz gutural, suenan frescos y pegadizos e invitan a salir a bailar como se demostró en un wall of death, que levantó, literalmente algo de polvo; algo que no impidió que Jonkol, micrófono en mano, se uniera y alentara aún más a los más tímidos.
Tras la gran actuación de la banda, que bajó del escenario chapela en cabeza, como buenos vascos, llegó el turno de Daeria, a quienes conocíamos bien y habíamos visto en vivo hacía relativamente poco en el Can Mercader Fest.
La formación reservó su equipo de luces para su actuación posterior y salió cruda a darlo todo bajo la alta temperatura del camping. Abrieron con "Fénix" y "Cosmos" con un Ángel que presentaba un gran aspecto vocal. Se notaba, que, a pesar de ser el último día, se había cuidado. Laura, se mostró sonriente todo el rato, mientras "Luz de Luna" hacía escena. Eimel, impresionante técnicamente siempre pero más tímido o sobrio en cuanto actitud, contrastaba con Víctor que no dejaba de regalarnos poses y dinamismo.
No hubo solo de batería de Joey, más tarde sería el momento, pero no dejó de hacer salir de mi boca la frase: "con esta contundencia, no haría falta microfonar la batería".
La gente que colmaba el recinto, lejos de abandonarlo, se entregó y llevó a la banda en volandas, ante lo que sería una de las actuaciones más sobrias pero mejores que les he visto y así les fue reconocido, con los temas finales como "Pensavientos", "Caperucita Feroz" o el gran hit, "Reina de Corazones" con el que cerraron. Un show al cual no íbamos a asistir al completo, al repetir por la noche en el Mark Reale, pero que nos enganchó al máximo hasta el último minuto, sin mover ni un pie hasta asegurarnos que no iban a soltar ni una nota más.
Fuimos rápidamente a un bar de los barrios contiguos, donde nos cogimos un bocata rápido para llegar a tiempo de ver a Saratoga, quienes presentan todavía, su magnífico álbum, palabras de Tete Novoa, Aeternus.
La banda tenía la difícil papeleta de abrir el último día, cosa que, entre el cansancio acumulado y el cartel aún pendiente, era arduo y complicado. Pero la banda tuvo el suficiente gancho como para atraer a un gran número de gente, entre los que por supuesto, nos encontrábamos nosotros, a pesar de la gran cola que ya había para acceder al recinto.
Sonaron varios temas de su último disco como "Una vez fuimos Héroes", o "El Olvidado de Dios", combinados con clásicos como "Perro traidor", aunque no abusaron de ello. Guitarra acústica en mano de Jero Ramiro, la balada que sonó, aunque algunos lamentaran que no fuera "Si Amaneciera", fue la del último lanzamiento: "Acuérdate de mí", según nos contó Tete, hablando de la ansiedad. El vocalista se encuentra en un estado de forma vocal, envidiable, y se corona como un top level dentro de las voces de este país, sin lugar a dudas.
Como sería la intensidad, que Tete acabó en manos del público corriendo delante del escenario, coreado por los asistentes. Gran trabajo el realizado por la banda, que co-comanda Niko del Hierro, aunque no sin dejar de mencionar al marciano que lleva la percusión, capaz de sacar un sonido alucinante de una caja de galletas, como es Dani Pérez.
No podíamos dejar de ir a ver, por eso, a Mind Driller. La banda, semi-local, tenía un aura consigo que la hacía imprescindible y menos mal que pudimos presenciarlo, pues la combinación entre metal industrial, pesado, la melodía de las voces de Estefanía y su increíble puesta en escena, hacen de su show, algo diferente y que vale la pena no perderse.
Temas de su último trabajo "Ritual", colmaron el protagonismo, como "Ritual" o "The Game", pero sin olvidar algún éxito de su Zirkus, que les catapultó hasta donde están hoy como "Ich Bin Anders".
Los alicantinos combinan el inglés con el alemán y sutiles toques de castellano para sus temas, que llevaron al público a sumirse en el éxtasis ante tan cuidada puesta en escena y contundente propuesta musical, donde destacan las guitarras de Javix y las voces, de además de la mencionada Estefanía, de Daniel N.Q y V. Mucho me llamó la atención también las continuas poses de Pharaoh al bajo, quien empastaba a la una con la batería de de Jordi.
Después de tal golpe en toda la boca, no quedaba otra que seguir a tope, aún a pesar de necesitar un descanso y no dejamos de ver y arengar a los murcianos Hitten, quienes me sorprendieron y mucho al demostrar que su heavy metal más clásico puede seguir estando a la última, gustar y ganar adeptos. No en vano, las giras internacionales que ya ha realizado la banda, demuestran esa solidez y veteranía que solo confiere el tiempo y el trabajo bien hecho.
Y es que seguía el asunto a tope, pues en el escenario principal era tiempo para GloryHammer, quienes recordemos que nacieron a manos del teclista Christopher Bowers, proveniente de la formación que la lio el día anterior con Alestorm.
Espectacular puesta en escena, muy épica, y comandada por las voces de Thomas Winklers, los suizo-británicos, demostró que hoy en día son un valor al alza, no solo con discazos en su haber, sino con un directo más que potente y correcto: La gente disfrutó de lo lindo, con un amplio número de seguidores que coreó cada uno de los temas, desde "Hootsforce" hasta "Universe of Fire", sin dejar nuevos himnos como "The Land of the Unicorns".
Excelente para coger fuerzas y cambiar ligeramente hacia un lado para ver a unos clásicos en la escena, y es que los suecos Hammerfall, probablemente no, ¡pero a mí aún me tenía que demostrar que siguen vivos!!
Y así lo hicieron, con un escenario más que trabajado, con una lona de tres dimensiones, la banda de la que aún queda la esencia original con Oskar Dronjak (guitarras) y Joacim Cans a las voces, dio un espectáculo muy estudiado y digno de una representación teatral, con escenificaciones al milímetro entre sus miembros. Ese hecho, aunque pueda parecer más artificial, me gustó mucho y ayudó a que me pareciera un bolo excelente del que pude disfrutar, aún a pesar de los pocos clásicos que tocaron.
Evidentemente, no se olvidaron de algunos éxitos, aunque no del principio de todo, como son "Renegade" o "Let the hammer fall". Tampoco dejaron pasar la oportunidad de presentar en vivo algún single nuevo del que será su inminente nuevo trabajo (Dominion) como es "Sweden Rock (we make)".
Buen estado de forma el que evidenciaron con las guitarras de Oskar y Pontus Norgren, y gran respuesta del respetable ante el despliegue nórdico.
Me hubiera gustado presenciar de cerca y largo y tendido el bolo de Nervosa, pero la verdad es que el grupo capitaneado por Fernanda Lira, llenó hasta los topes el Mark Reale y no me fue posible acceder a las primeras líneas, así que vi un par de temas a lo lejos y me quedé con las ganas de ver una de las bandas más en forma del momento, ¡que justo acaba de finalizar gira por nuestro país! En la siguiente ocasión, ¡seguro que ahí estaremos!
Y como no de aire y música vive únicamente el hombre, decidimos que el mejor momento para cenar era durante el show de Apocalyptica. Diversas opiniones que divergen de entre alucinante e increíble, hasta la mía propia, más comedida, que es que son unos músicos de alta categoría, pero temas de Metallica y Sepultura en vivo, sin voz, y además con la falta de uno de los cellos, está muy bien un ratito o como hicimos, desde la lejanía con un buen manjar delante, pero no para volverse loco en primera fila. Pero que nadie les quite el mérito de ser unos intérpretes impresionantes, que hacen virguerías con sus instrumentos más clásicos.
Y llegó la hora de los grandes cabezas de cartel: Avantasia. El día más concurrido, dejaba la explanada con un aspecto impresionante donde no cabía ni un alfiler. Se hacía patente que mucha gente se había hecho con una entrada de un solo día y fue el momento más esplendoroso del festival, hecho que no nos permitió salir de la zona de prensa, una vez realizadas las fotos, por el gentío.
La banda liderada e ideada por Tobias Sammet, hizo presencia escénica dentro del marco de la presentación de su último trabajo Moonglow, y con un marco escénico menos espectacular que en anteriores ocasiones.
No fueron los fuegos, ni el escenario, ni una gran ambientación; lo que hizo que el concierto fuera especial y magnífico, fueron los músicos, que además de los integrantes ya fijos de la banda (Sascha Paeth y Oliver Hartmann a las guitarras y coros, Felix Bonke a la batería y además del bajista que tuvo poco protagonismo), contaron con presencias tan especiales como el gigante noruego Jorn Lande, el americano Eric Martin, Bob Catley (de Magnum, en un envidiable estado de forma a sus 70 tacos) o los nuevos fichajes como el exvocalista de Queensryche, Geof Tatte. Además, se mantuvieron en primera línea, el triplete de coristas formado por Adrienne Cowan, Ina Morgan y Herbe Langhans, los cuales también gozaron de gran protagonismo individual.
El show tuvo dos partes diferenciadas y la que más apreció la gente, llegando al éxtasis final, fue la que finalizaron con clásicos como "Sign of the Cross", "Dying For An Angel", "The Scarecrow", the "Story Ain't Over" o el apoteósico final con un cañón de aire y confetti exagerado en "The Seven Angels".
Al finalizar la súper producción internacional con origen en Alemania, llegó el turno de la metralla por parte de Deicide. La banda hizo las delicias de los seguidores del género, aunque sin duda, su brutalidad y contundencia, no son de nuestro gusto. Eso sí, la técnica y el desparpajo que requieren sus composiciones, cuanto menos te deja con la boca abierta.
Subimos al Mark Reale a ver la última actuación de la noche allí, pero de camino nos encontramos con Brainstorm. La banda alemana, con más de 20 años de trayectoria a sus espaldas, se encontraba descargando en lo que me atrevo a catalogar como uno de los mejores bolos de la noche, en cuanto a sonido, entrega y cautivación del respetable. Un sonido de guitarras afilado y un power metal evolucionado que fue capaz de arrancar gritos, vítores y arengar al respetable. ¡Después de todo ya se olía el final y era el momento de dar todas las fuerzas que aún quedaban!!!
La caída a última hora de la banda liderada por Pacho Brea y Jose Rubio, Diabólica, hizo que los encargados de cerrar el Mark Reale fueran Daeria marcándose así el doblete del día. Tras la finalización del show de Avantasia, se produjo una disminución del público significativa, pues después de 4 días de festival, mucha gente se dio por saciada, y eso hizo que tanto los escenarios principales como el pequeño se vieran afectados en cuanto a espectadores.
Daeria daba el pistoletazo de salida, mientras sonaba a la vez la banda argentina Rata Blanca, la cual cosa hizo que no viéramos el Mark Reale de la mejor manera, pero aun así contaron con un buen número de asistentes, en un bolo en el que las fuerzas empezaban a acabarse, puesto que, para nosotros, fue el broche final de este Leyendas del Rock 2019, en el escenario de arriba.
Nos ofrecieron un show muy parecido en lo que respecta al set list de la actuación del camping, siendo “Fénix” la encargada de dar inicio, pero esta vez, montaron su espectáculo propio de luces sincronizados al son de su ritmo. Además, pudimos gozar del solo que nos tiene preparado Joel Marco a los palos, poniendo ritmo a la banda sonora que ha marcado nuestra infancia, la sintonía de Super Mario Bros a 8 bits. Fue un bolo la mar de correcto dado el estado de salud del capitán del barco, Víctor Vázquez, que horas antes estaba en el hospital, pero eso no le hizo perder la sonrisa y aparentemente el disfrute en ningún momento. ¡Fue una lástima no haber podido disfrutar de ellos en un horario mejor para todos!
Finalmente, uno de los festivales más importantes, por no tener agravios comparativos y decir el qué más, a nivel nacional, puso el punto y final con la ya clásica actuación de Lujuria, con un Óscar Sancho al frente, y un discurso muy reivindicativo de la familia del metal.
La banda se haya a las puertas de la presentación de su nuevo disco, pero no es el Leyendas donde presentarlo. No voy a entrar, además, en polémicas del fallido homenaje a Manzano, pero si mencionaremos a la banda que quedó en tercer lugar, en el Forjando Leyendas, que no es otra que los maños Umbra, y que también tuvieron su momento de gloria sobre el escenario, con David Lawless al frente.
La gente acabó con un buen sabor de boca después de todo lo vivido, y escuchando clásicos como "Mr. Jekill y Ms. Hyde" entre otros. Un goce, también personal que nos transporta bastante lejos en el tiempo ya.
En fin, una edición que dio de nuevo lugar a discusiones variadas sobre si había sido la mejor de todas. Cada año es así, y dado rumores escuchados, esperamos que, por muchos años, se pueda seguir teniendo ese mismo dilema.
No podemos cerrar esta cuarta entrega de la crónica del Leyendas 2019 sin agradecer a todo el staff de Sufriendo & Gozando por la fantástica organización, el excelente trato a la prensa, que además se vio recompensado con un ambiente de hermandad y no de competitividad entre medios. Un staff de seguridad de diez, amable con todo el mundo, siempre con una sonrisa y una palabra amable en la boca, y en general con todo el ambiente vivido, demostrando que la comunidad heavy, es cívica, divertida y responsable (excepto, en temas de limpieza, pero estoy podríamos extenderlo a toda la sociedad).
Sin duda a las bandas participantes, por su entrega, cercanía y generosidad (¡no olvidemos los calores reinantes!), y por poner una pega, se podría fomentar más el reciclaje y la recogida de residuos y mejorar la limpieza de los servicios; pero únicamente por poner un pero, dado que no podemos terminar con una sonrisa más grande y una satisfacción mayor después de 4 días tan intensos.
Esperamos y deseamos desde Satan Arise poder cubrir, disfrutar y comunicar muchas ediciones más, con grandes bandas de gran renombre, así como grandes bandas nacionales, de alto nivel y gran potencial, pero menos reconocimiento, que merecen su espacio en festivales como éste, y que precisamente el Leyendas siempre ha apoyado.
Finalmente, pedir perdón tanto a las bandas como a los lectores, por no haber podido cubrir todos los escenarios a todas horas, pero únicamente con dos personas, Vica Arise y Vic Salda se hace complicado y agradecer las aportaciones realizadas también a la crónica por Raquel “Akasha”, ¡la cual ha hecho en ocasiones de tercera redactora en algunos espacios que se habían quedado huérfanos!
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