Raven's Gate + Dunkelmind + Ekyrian - 18/01/2020 - Sala Live (Madrid)
El pasado sábado 18 de enero, la capital estuvo como de costumbre cargada de música en directo. Avalanch en Kapital y Vita Imana junto a Evil Impulse y Los Montañeros de Kentucky eran algunos de los nombres más sonados para ese día. Sin embargo, preferimos optar por apoyar la escena más underground y disfrutar del concierto de los valencianos Raven’s Gate junto a los madrileños Ekyrian y Dunkelmind. Las tres bandas se dieron cita en la sala Live para ofrecernos estilos muy diferentes.
Los primeros en salir a escena fueron los locales Ekyrian, que vinieron con su nuevo trabajo ‘Más allá de la tempestad’, publicado el pasado 15 de agosto.
Con su atuendo pirata, abordaron el escenario Jorge Martín (voz), Noelia Peña (violín), Roberto Pérez “Robsthor” (bajo), Fran Viñuela (guitarra), Carlos Roldán (guitarra), Aitor Balda (flauta travesera y whistle), Santos Martín (batería) y Clara Palomares (gaita y low whistle), este último el fichaje más reciente. Lamentablemente, en esta ocasión no pudieron contar con Roberto Herrera al teclado. Tras sonar la poderosa intro “El alma del viento”, la banda despegó con dos cañonazos de su nuevo disco, “El aprendiz” y “Valor”.
El folk metal melódico al que nos tienen acostumbrados resonó contundente en la sala. Sorprendentemente, la sala contó con un sonido bastante aceptable, a pesar de la dificultad que entraña sonorizar tantos instrumentos en una sola formación. Como ya acostumbraban a hacer en anteriores conciertos, el grupo sorprendió al público con su particular versión de “Colores en el viento”, de ‘Pocahontas’. Muy llevada a su estilo, y con buena impresión entre los asistentes.
Echando la vista atrás hacia su primera maqueta, ‘Memorias del bosque’, el octeto tocó su tema “Angua”. Sin embargo, fue casi el único corte de este primer lanzamiento, al que siguió “La danza de los muertos”, ideal para venirse arriba. Una versión que acostumbran a incluir en sus directos es “La batalla con los cueros de vino”, de Saurom, al ser uno de sus principales referentes musicales.
En esta ocasión no podía ser menos, y fue el momento en el que Roberto y Fran se bajaron del escenario para vivir el tema junto al público. Se notó en todo momento el buen rollo que se respira entre los miembros de la banda, queriendo contagiarlo a los presentes. De la energía del tema de Saurom pasaron a la calma y la melancolía de “Último aliento”, también procedente de su primera maqueta.
Para terminar, y haciéndolo algo diferente a como solían con “La llegada de Krampus”, la banda puso fin a su repertorio con “Alza la vista”. Aunque fue corto, Ekyrian demostraron que cada vez suenan mejor y más empastados.
Los segundos de la noche fueron los madrileños Dunkelmind. De vuelta a los escenarios, el quinteto formado por Eduardo Vázquez (voz), Alicia Martín (teclado), Abraham Vadillo (guitarra), Raúl Villameytide (bajo) y Javier Paredes (batería) cuenta con un álbum de estudio, ‘Memory II’, lanzado en 2018. Con un estilo power metal fresco y potente, arrancaron con su “Memory Of You”.
La banda continuó con la evocadora “Life”, mientras el público se animaba cada vez más por momentos. Además, el combo tuvo el detalle de adelantarnos una pincelada de lo que será su próximo trabajo discográfico, con el tema “The Pact”, en el que la teclista también se lanzó a cantar.
El setlist siguió con la cañera “Something to die for”, donde pudimos apreciar la calidad y el empaste de la banda. Destacamos de nuevo el buen sonido de la sala, que hizo que no perdiéramos detalle alguno. De hecho, al contrario de lo que suele ocurrir con los teclistas, los solos de Alicia se escucharon con bastante claridad. Tras este tema, los asistentes comenzaron a corear y a pedir otra sin parar. Prueba de la entrega del público con las bandas más pequeñas.
Casi terminando el concierto, el grupo interpretó “The Shadow of the Dragon”, haciendo alarde de toda su fuerza. De cara al final, guardaron uno de sus cortes más largos, y a la vez más poderosos y con más matices: “Redemption”.
Dunkelmind concluyó así su repertorio, dejando a los allí presentes con ganas de más. Sin duda, una buena banda, con aún mucho recorrido por delante.
Para cerrar la noche, le llegó el turno a Raven’s Gate. Con una renovada imagen con respecto a su anterior trayectoria, la banda valenciana vino presentando su nuevo trabajo discográfico, ‘Everlord’.
Se trata del tercer álbum del grupo, al que preceden “Blackstar Machinery” (2016) y “Defying Gravity” (2013). A ritmo del primer single del disco, “Incubus Wrath”, salieron los miembros de la banda, con su indumentaria córvida: Rodrigo Puché a la batería, José Manuel Blasco a la guitarra, Pablo Romero al bajo, y el irreverente y altivo vocalista: Lord Raven.
Por motivos laborales, el teclista Dani Castillo no pudo estar presente. Potentes, con garra y firmeza, continuaron con su ya habitual “Kill The Enders” y uno de sus nuevos temas, “Chimera”.
Con sus nuevos cortes, parecen haber querido continuar la estela de su anterior camino, caracterizado por un metal melódico muy internacional, pero ahora si cabe con más dureza. Su aire oscuro se veía en todo momento reforzado por la actitud del frontman, que insistía en recibir toda la atención, siempre con una actitud seria y desafiante. Por desgracia, en algunos puntos hubo problemas de sonido que provocaron que se perdieran algunos detalles. Resultó una verdadera lástima, porque a la banda no le falta calidad.
Como ya viene siendo costumbre en los conciertos que realiza la bandada en la capital, contaron con la inestimable colaboración vocal de César Yepes de Darkblazers para el tema “Lionheart Doll”, del primer álbum de los valencianos.
A continuación, presentaron para la capital “Queen Of Chaos”, dedicada “a todos los que toman el caos como su forma de vida”. Antes de terminar, el cuarteto nos ofreció dos temas que acostumbran a incluir en sus directos: “The Hollow” y “Last Breath Air Fortress”, que recuerdan a su anterior etapa. Los cuervos pusieron fin a la velada con el memorable “Powerlife” de su segundo trabajo, para dar un cierre cañero. Breve, pero intenso.
Aunque a veces las condiciones no sean las idóneas para que un concierto se realice, ya sea por temas de fecha o de cualquier otra índole, una vez más se demuestra que la escena underground sigue luchando contra viento y marea por sobrevivir. Y lo consigue.
Las más leídas:
Suscríbete aquí!