Lèpoka + Daeria - 26/11/2021 - Rock City (Valencia)
Cuando el pasado viernes 26 de noviembre Lèpoka y Daeria pisaron la Rock City para un concierto largamente esperado, todavía se hacía rara esa…relativa normalidad. Mascarillas y restricciones a parte, como el fumar o situar el puesto de merchandising en exteriores (con un frío que pelaba, dejando a las pobres encargadas heladas y cubiertas con mantas, aunque se les ofreció entrar dentro), el concierto presentaba una nueva norma, un tanto polémica: El Justificante COVID, un documento descargable del que no se avisó de su obligatoriedad (ni del formato) por parte de la sala, pero sí de las bandas y los medios (la aquí presente lo agradece de corazón). Se permitía su descarga desde la puerta de la sala, pero era ciertamente engorroso y hubo más de un asistente molesto.
Al margen de polémicas, y con la puntualidad que caracteriza a la sala, a las 22:00, se permitió la entrada a la sala, pero hasta entonces, se pudo disfrutar de unos pre-teloneros que amenizaron la cola con guitarras, unas cuantas cervezas en el cuerpo y canciones de La Oreja de Van Gogh y Gigatrón, (luego se acordaron que tenían que ponerse a la cola y los que esperábamos al otro lado de la calle para entrar les despedimos con un aplauso).
Bien, ya dentro, y dando en el reloj las 22:30, Daeria daría comienzo a su concierto con su tema Miedo, de su último trabajo, Alter. Éste llevaba en el mercado desde el año pasado, y de hecho se programó un concierto para pocos días antes de la declaración del Estado de Alarma y el confinamiento por la pandemia del COVID-19, así que era una espinita clavada que los seguidores de la banda nos pudimos quitar por fin. La banda, además presentaba nuevo bajista tras la marcha de Laura Moral, Oscar Cortés.
Tras Miedo, fueron desgranando prácticamente todos los temas que configuran Alter, continuando con El Ojo de Aughra (un homenaje a la película y la serie de El Cristal Oscuro, y no sería el único homenaje a Jim Henson de la noche), su single Bailarina, y Horus. Continuaría el ya mencionado segundo homenaje a las películas de Jim Henson, ésta vez al personaje del Rey de los Goblins interpretado por David Bowie. Laberinto, inspirado en la cinta Dentro del laberinto, sería el primer tema en sonar de su anterior trabajo, Fénix, y además ecuador del concierto. Luz de Luna, también de Fénix, seguiría a éste y Siete Mares, otra vez de Alter, daría paso al gran final de la noche, Reina de Corazones, que sonó especialmente bien en la sala.
Con esto, Daeria se despediría de la sala, avisando que bajaban abajo para seguir disfrutando ellos también de la fiesta que se avecinaba con Lèpoka.
La banda de los de Castellón llevaba un tiempo sin pasar por Valencia tras un concierto en 2018 en el Paberse Club. Desde entonces, habían sacado nuevo álbum, El Baile de los Caídos, escenografía nueva (unos imponentes goliardos hinchables) y un nuevo miembro en la banda, Dani Fuentes, que sustituía a Samuel Amatriain. Pero nada de esto había parado la fiesta que va con la banda allá donde se ponen a tocar. Con un aumento del público de la sala (y la promesa de más pogos, birra y desfase de los que pudieras desear), comenzó a sonar la intro de Contra Viento y Marea narrada por la inconfundible voz de Luis Posada, para darle paso a Beber Para Creer, de su último trabajo. De éste fueron las primeras cinco canciones, incluyendo el single El Baile de los Caídos y Hevyátrico, y tras estas, un salto al pasado nos llevó a Beerserkers, del segundo álbum homónimo de la banda. No sería la única visita que se haría a este disco, también lo haríamos tras En Este Sueño, con la muy fiestera Chupito.
En éste momento la sala había pasado a encharcarse de cerveza, y el público se había resignado o a estar en primerísima fila o en última, o incluso en los laterales, ya que en el centro era zona peligrosa, tanto por los pogos como por la cerveza que volaba. Hubo casos de personas que embestían a los fotógrafos de primera fila pensando que estaban en el propio pogo, e incluso algún que otro chico en alguno de sus primeros conciertos que recibió empujones antes de que hubiera una muralla humana que le protegiera.
Ya encarando el último tercio de la noche llegaría Goliardos y La Huella del Dragón, después, con sabor a despedida, llegarían Seguimos En Pie, Contra Viento y Marea (con la intro completa de nuevo) y las últimas dos grandes canciones fiesteras, Yo Controlo y El Picorsito, que terminaron por prender fuego a la sala y dejar a la gente agotada, pero pidiendo más y con una enorme sonrisa en la cara.
Puede que ir a un concierto de Lèpoka sea a veces arriesgado, especialmente si no vas con ojo y te pones donde no debes, pero sabes que te vas a divertir, que vas a salir feliz como un chiquillo y que, por supuesto, volverás a verles. ¿Cómo no hacerlo?
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