Ripollet Rock 2022 - 26/08/2022 - Ripollet
Sabemos que termina el verano por varios motivos. Uno de ellos no es porque deje de hacer calor, ni dejemos de tener ganas de vacaciones, sino porque llega el Ripollet Rock. Festival clásico de los alrededores de Barcelona, al cual es obligada su asistencia, por el buen cartel, por encontrarte con un montón de gente conocida y a la que ves esporádicamente, por apoyar a una asociación que hace un trabajo increible y que culmina con el festival y porque...qué narices...Cada año hay un cartelón!!!!
La predicción del tiempo era tormenta en un porcentaje absurdamente altísimo y nosotros nos encontrábamos a más de 150 kms...¿Valía la pena correr el riesgo de realizar 300 kms en apenas 10 horas? Bueno, pues la respuesta parecía clara: "Sí". La organización comunicó que el evento no se iba a suspender y lo peor que podía pasar era mojarse un poco. No parece grave!
Así que coche, carretera y llegamos a tiempo de comer alguna cosilla antes de entrar, recoger las acreditaciones y esperarnos para ver el inicio de Evnen.
La banda formada en Barcelona en el 2014, es una formación con caracterización típica en el género, y que practican un Blackened Death Metal.
Su último trabajo, del 2021, lleva por nombre Amygdala y no sé muy bien porqué motivo, pero la primera banda local, siempre goza de menos participación de público. Esta vez, además, el evento se había adelantado una hora y a las 21 ya sonaba la música (personalmente lo agradezo y mucho) y Evnen tenían un buen número de presentes ante ellos animándolos. ¿Ganas de fiesta? ¿Fin de las restricciones pandémicas? No sé. Pero con un buen sonido, la banda arrancó su descarga.
No somos especialmente seguidores del género, así que no podemos opinar demasiado compositivamente, pero lo que sí podemos afirmar es que Jonathan Plaza a las voces, supo llevar adelanto con muy buen nivel, la parte vocal. Guitarras complejas y fuertes a las manos de Diego y Jordi, mientras la base sonaba atronadora con el bajo de Dani y la batería de Yann.
La banda que ha circulado mucho por la escena local con buena crítica, supo contentar a los seguidores del estilo y mostró su hacer también a sus discos predecesores (Act.II y I), así como demostró ser un aperitivo excelso para el resto de la noche; aún a pesar de la diferencia musical de género con lo que estaba por llegar. Buen sabor de boca sería el resumen!!!
Tras ello otra banda local de larga trayectoria y que además habíamos visto de manera más o menos reciente: Kilmara subía a las tablas del Ripollet Rock, reclamando una posición que merecía sobradamente al ritmo de "The Break Up".
A la actúal formación ya la conocíamos y me parece muy potente. Las guitarras de Carles Salse, son un complemento ideal a la legendaria marca de Jonathan Portillo y aún a pesar de la calidad que atesora, deja gran parte del protagonismo en los solos al veterano seis cuerdas, concentrado, sonriente y es que es el gran artífice de elevar el sello de Kilmara, a la espera de un nuevo trabajo que tiene muy buena pinta y del que estrenaron un tema en vivo: "Power of the Mind"!!
El sonido de la banda fue enérgico y muy directo. Las guitarras sonaron crudas, potentes y ese sonido no permitía margen de error. Creo que la ecualización resultante, si fue buscada, fue arriesgada. Las guitarras parecían sonar tal y como salían de los amplis y la voz de Dani Ponce era cruda y sencillamente amplificada. Normalmente se le añaden ciertos efectos o reverberaciones que permiten camuflar o minimizar pequeños errores (en todos los instrumentos, incluida la voz), y daba la sensación de que Kilmara iba sin red de seguridad, la cual cosa no sé si generó nervios en los músicos (creo que no) o en mí mismo, ante el temor de que se produjera algún fallo (que, si se produjo, no supe detectar) y me mantuvo un tanto tenso durante el bolo.
Sonaron varios temas de su pronto penúltimo trabajo: "Across the Realm of Time": "My Haven", "Principles of Hatred", ..., mientras creo que vale destacar dos miembros que en vivo ofrecen un espectáculo extra. Y es que Didac Pla al bajo, se muestra activo, dinámico, se mueve mucho, y genera complicidad con los asistentes, pero el batería de reciente incorporación, Eric M. Balanza, se destacó como un elemento extra que no se basta con marcar el tempo y la percusión desde la parte trasera, sino que se mueve como el que más, con continuo headbanging y un elemento que me fascina y me parece imprescindible para dar un buen show (que no concierto) desde la batería como es el movimiento entre dedos de las baquetas y generó una complicidad especial. Su interpretación fue de lo mejor de la noche, además, clavando técnicamente cada movimiento. Un joven talento al que no hay que perder de vista en sus proyectos y que puede ser una pieza clave en la nueva etapa de estos Kilmara que espero que a la próxima les vaya la vencida, porque a tesón, fuerza y empuje, ¡es difícil ganarles!
Buen directo a ritmo otros temas como "Blindfold" o "Purging Flames", para llegar al final de bolo con "Out From the Darkness" en lo que acabó siendo una celebrada actuación, que les vale como punto y seguido antes de publicar su nuevo trabajo, ¡al que esperaremos con ganas!
Una banda que celebré mucho en el Leyendas del Rock y que me pareció un retorno brillante fue Easy Rider y solo 15 días después tuve la ocasión de repetir, esta vez en un escenario más grande, con un público totalmente diferente y ver qué tal se desenvolvían.
Debo decir que ya sabía a qué atenerme puesto que no creía que fueran a cambiar el setlist ni la actuación, como así fue: Primeros acordes de quizá uno de mis temas favoritos: "Perfecta Creación". Y ya desde el primer momento se vio a Dess Díaz, la flamante nueva vocalista, incómoda con problemas de sonido en sus in-ears. El guitarra Dani Castellanos, intentó solucionarlos como pudo sin descuidar la actuación, y lo hizo con éxito, pero ya llevábamos consumido más de un tema y medio ("Lord of the Storm"), y claro, en mi caso, quizá por empatía, cuando ves a unos músicos inquietos en el escenario, se me contagia y no acabo de disfrutar el momento.
Pero se sobrepusieron, se solventaron los problemas y el bolo siguió adelante. Los hermanos Villanueva (Javi a la guitarra y José A. al bajo) ofrecieron algunos momentos de complicidad musical, mientras Dani Castellanos se daba un paseo por su mástil atacando algunos de los riffs más afilados de la formación con "Seven" o la balada de su disco debut "Tiempo", que aproveché para cantar a pleno pulmón.
Dess, una vez se sintió a gusto, mostró el desparpajo que tiene tanto a nivel vocal, como a nivel escénico, llenando un escenario que para nada le vino grande a la banda, que ha demostrado un gran acierto acometiendo esta tercera etapa de la formación con la marcha de Ron Finn, más que nada por dos motivos: La viabilidad de sus conciertos y poder interpretar temas de ese primer trabajo en castellano.
En la batería José Roldán, un viejo conocido de la escena que forma parte por ejemplo de Nocturnia (donde comparte formación con Javi) ofrece una fiabilidad exquisita. El setlist de la banda madrileña, para mi gusto es excelente, puesto que van repasando su trayectoria que contiene auténticos temazos más potentes como "Evilution" o "The New Jerusalem", donde Dess demuestra una versatilidad vocal espléndida o cortes más melódicos y clásicos como son "Savage Rage" o con la que cerraron, otro temazo que dejaron en su día para la historia, como es "Stranger".
La verdad es que Easy Rider vive una segunda juventud con un momento muy dulce y la verdad es que esperamos poder disfrutar de ello durante mucho tiempo y con todo el éxito que la banda, ¡ya mereció en su día!
Y llegó el momento para las bandas internacionales, que siempre suelen ser dos (menudo mérito tiene que este festival sea gratuito) y que además estaba encabezado por los suecos Eclipse. Banda del hard rock más melódico y de más calidad que podemos escuchar hoy en día, bajo los mandos de Erik Marteenson, un auténtico fenómeno.
Saltaron al escenario y me llamó la atención (puesto que nunca los había visto en vivo antes) la puesta en escena y es que parecían 4 amigos que habían subido a tocar. Sin grandes pretensiones, arrancaron a ritmo de temas de su último trabajo: "Wired".
Una vez más (últimamente me pasa mucho), enmudecí y me callaron la boca ante la grandeza del espectáculo que estaba viendo. Una entrega fuera de serie por parte del bajista, Victor Crusner, una vez más, desde la parte trasera otro show magnífico por parte de la batería de Philip Crusner (¿hermano?) y con un sonido espectacular (léase mucho mejor que bueno), lucieron de lo lindo el guitarrista Magnus Henriksson y un soberbio Erik quien saltó, tocó y no falló ni una sola nota desde lo más profundo de su garganta.
El concierto que dieron Eclipse, fue digno de ver, y conectó con los asistentes desde la primera nota. Temas de Wired como el single "Saturady Night (Hallelujah)", o "Thinks we love", iban combinando con otros más clásicos de Paradigm o incluso de "Monumentum" (¡vaya discazo!) como el celebradísimo y coreado tema "The Masquerade", con un sonido de la guitarra acústica que me pareció soberbio en un directo.
Erik fue combinando algún momento donde únicamente actuaba como frontman, pero básicamente se le vio ataviado con su guitarra blanca "Gretsch" o incluso con la acústica en algún que otro tema y se desató la euforia con su tema final "Viva la Victoria", coreado por los asistentes como si fuera la última vez que pudieran cantar en su vida.
Creo que puedo decir que Eclipse conquistaron la noche de Ripollet sin ningún problema, en su momento más álgido que sobrepasó las 5000 personas. Desconozco los números de otras ediciones, pero creo que esta vez fue inferior, quizá por la amenaza de lluvia. Una lástima porque la organización de las barras (poniendo 2 en lugar de 1 y permitiendo pago vía app), me pareció increíblemente mejorado con respecto a otros años.
Y tiempo para Victory, la banda liderada por el carismático guitarrista Herman Frank.
Y debo empezar con una anécdota y es que comenté con un compañero antes de empezar (Quim), que ahora tocaba un poquito de power metal en vena. A lo que me respondió muy sorprendido que no. Que era un metal muy clásico y de alta calidad. Me quedé sorprendido ante la respuesta, pero bueno...al lío. Durante el show, me sorprendió mucho que no tocaran ningún tema de su último trabajo que yo había escuchado "Dinosaur Warfare Pt.2 - The Great Ninja War" y comprobar que efectivamente Quim tenía razón: Ni rastro de power.
Luego me di cuenta de mi tremendísimo error. Por supuesto, la banda que lidera Herman Frank, no tiene ningún disco con ese nombre, ¡¡¡ni siquiera se llaman así!!! ¡¡Confundí los días previos Victory con Victorius y estuve dando rienda suelta a escuchas de Victorius, banda que no iba a ver en vivo, ni tengo previsto hacerlo!! ¡¡¡¡¡Qué auténtico desastre!!!!! Hahaha!!!
En fin, lo que si puedo contar de la descarga es que Herman tiene una vitalidad, una fuerza y una conexión con el público innata. Genera una complicidad imposible de explicar mientras el resto de la banda ejecuta como si fueran un reloj suizo los temas ("Are You Ready", "Take the Pace", "Standing Like a Rock"....) y el vocalista italiano, Gianni Pontillo, canta con su timbre agudo rasgado, de una manera que parece imposible sin despeinarse, como si sencillamente estuviera leyendo una noticia en la prensa. Me pareció espectacular.
El sonido fue francamente bueno y el directo de la banda me pareció que tenía una calidad sublime, mientras los músicos que estaban ejerciendo, disfrutaban de sus temas como si no estuvieran haciendo nada complejo, ... quizá ese sea el secreto... Disfrutar!!! Mike Pesin con su guitarra apoyando al maestro Frank, el bajo de Malte Frederik Burkert y la batería arrolladora de Michael Stein.
Varios fans acérrimos, pudieron disfrutar de temas como "Rock the Neighbours" o "Temples of Gold", mientras Herman Frank, quien recientemente ha declarado que ha creado una nueva banda porque nadie puede seguirle el ritmo, demostraba que su vida es la música, el porqué y que la edad no le pesa en absoluto y es que los 63 años que tiene este gigante alemán, parecen una ridiculez al verlo sobre el escenario, con su gorro y su guitarra que casi parece de juguete, puesto que el hombre es un buen bigardo.
Resumiendo, una vez más, el tiempo acabó respetando al Ripollet Rock aunque no sé cuanto le influyó a la gente, para asistir a este festival que año tras año consigue aumentar su reconocimiento, mejorar y convertirse en un clásico de cierre de verano, gratuito y que consigue aunar a unos cuantos de miles de nosotros, ¡que formamos esta pequeña familia del metal!
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