Palantyr - The Ascent & The Hunger (2025)
![]() |
Heavy Metal
Jawbreaker Records
2025
Temas
1. Shan E Sorkh
2. Broken Mirror
3. Son of the White Mare
4. Ravenous
5. Nosferatu (Paul Roland cover)
6. Graveyard
Formación
Voz: Athéna
Guitarra: Atlantès
Batería: Y.R.
Bajo: L.R.
Guitarra: Ravenheart
Guitarra: Odysseus
Crítica
Desde Thionville, Francia, emerge una banda que parece haber forjado su acero en la encrucijada exacta entre la tradición y el riesgo. PALANTYR —anteriormente conocidos como Destrukt hasta mediados de 2024— regresa con su nueva identidad y una propuesta más definida, oscura y épica. Su nuevo mini-álbum, The Ascent & The Hunger, es una declaración de intenciones: seis temas que, en apenas treinta minutos, condensan una fuerza melódica y una energía abrasiva que los sitúan entre los nombres más prometedores del heavy/speed europeo actual.
Lo primero que salta al oído es la voz de Athena. No es sólo poderosa y afinada; es una presencia. No necesita fuegos artificiales vocales, ni registros imposibles: lo suyo es canalizar el espíritu clásico de las vocalistas de los años 80, con vibratos precisos y una entonación firme que guía cada canción como si empuñara una espada.
El álbum abre con "Shan e Sorkh", una referencia al universo de Conan y a su Gran Desierto Rojo. El inicio es marcial, con toms secos y acordes abiertos que transmiten tensión. Athena entra con una calma inquietante, hasta que un grito agudo detona la tormenta: riffs galopantes, trémolos y una estructura rítmica que avanza como una carga desesperada hacia la batalla. La batería, lejos de recurrir al clásico redoble del speed genérico, brilla con variaciones, platos bien colocados y una dirección rítmica que aporta dramatismo sin sacrificar velocidad. "Broken Mirror" sigue la línea, pero introduce matices interesantes. Comienza con acordes muy hard rock, entre AC/DC y UFO, pero no se queda ahí. La velocidad entra pronto y lo transforma en una pieza típica de la nueva ola del heavy metal tradicional. El estribillo es seco y eficaz, sin adornos, con notas agudas estratégicamente ubicadas que refuerzan el tono dramático. Aquí las guitarras gemelas se hacen sentir con fuerza, armónicas y melódicas, mostrando que PALANTYR no teme explorar las texturas más clásicas del género sin caer en la nostalgia vacía.
Con "Son of the White Mare", llegamos a una cima del disco. Es el tema más largo, y también el más ambicioso. A diferencia de los dos anteriores, aquí la estructura se expande: hay arpegios, cambios de ritmo, melodías que remiten directamente al NWOBHM más refinado. Hacia el minuto 1:20 entra un riff galopante que da paso a un intercambio brillante de guitarras gemelas. El bajo de L.R., hasta ahora más discreto, se destaca con líneas definidas y nítidas, muy bien integradas gracias a las armonías elevadas que lo permiten brillar sin competir. A mitad del tema, todo se detiene: entra una balada melancólica, íntima, donde Athena demuestra un registro más delicado, sosteniendo notas largas con una elegancia inesperada. Es una pausa emocional que permite que el regreso final —una explosión de velocidad y solos de vieja escuela— se sienta como una liberación. Si el disco fuera una espada, este sería el filo más afilado.
La segunda mitad del álbum comienza con "Ravenous", una de las nuevas composiciones, y también una de las más ricas en matices. Se abre con guitarras acústicas y teclados que crean una atmósfera medieval, casi folk, antes de lanzar un riff galopante de medio tiempo, sólido y sincopado, que construye una especie de muralla sonora. Aquí hay épica, sin grandilocuencia. Las secciones rápidas alternan con grooves envolventes, y los solos —sin ser pirotécnicos— están perfectamente colocados. Hay una sensación de respiro entre cada ráfaga, como si el grupo supiera exactamente cuándo apretar y cuándo soltar. Se siente madura, orgánica, sin forzar.
Y entonces llega "Nosferatu", la versión del cantautor inglés Paul Roland. Pero esto no es un “cover”: es una reinterpretación completa, trasladada al lenguaje del speed metal sin perder la esencia original. La banda no copia: transforma. El bajo suena alto y grueso, dando un carácter retro muy efectivo. A mitad del tema, la velocidad aumenta y los graves se profundizan. El estribillo —simple, hipnótico: “Nosferatu”— se queda pegado como una maldición susurrada. Es una joya dentro del disco, tanto por ejecución como por concepto. Tomar algo tan diferente y volverlo propio sin traicionarlo es una muestra de identidad en plena formación.
El cierre llega con "Graveyard", un acierto absoluto. A estas alturas, la banda suena más suelta, más afilada. El sonido es menos cavernoso, más claro, y las guitarras alternan riffs furiosos con pasajes más detallados. Athena canta con soltura, pasando de medios cálidos a estallidos intensos que elevan cada estrofa. La batería de Y.R. es protagonista, con un uso fluido del ride y los crashes que le da swing incluso a los momentos más violentos. En el tramo final, la canción muta en un remolino: blast beats, tremolos, y una base rítmica que se dispara mientras la voz se mantiene lenta, casi ritual. El solo final se desarrolla con calma, nota por nota, antes de que unas guitarras acústicas nos devuelvan la calma. Como si, tras la batalla, sólo quedara el eco de la tormenta.
The Ascent & The Hunger es más que un mini-álbum: es una carta de presentación y una promesa. Si bien los primeros tres temas —provenientes del EP anterior— tienen cierta repetitividad estructural, la segunda mitad muestra a una banda que ha madurado de forma evidente: composiciones más ricas, mejor producción, una voz más segura y un sonido más pulido. ¿Cuánto queda de Destrukt? ¿Cuánto ya es Palantyr? Es difícil de precisar, pero lo que está claro es que están avanzando. Y lo están haciendo bien.
Con influencias que van desde Mystik y Smoulder hasta Blood Star, Tower e Iron Griffin, PALANTYR logra fusionar lo mejor del speed tradicional con un toque melódico propio y épico, sin caer en tonterías. Si este trabajo es solo el inicio, el futuro huele muy bien.
Últimas críticas de estilos similares:
Las más leídas:
Las más leídas de 2025.
Las más leídas de 2021/2020.
Las últimas del mismo país:
Suscríbete aquí!