Ripollet Rock 2013 - 23/08/2013 (Ripollet - Barcelona)
Si te gusta el metal, el final del verano en Barcelona se asocia irremediablemente al Ripollet Rock, todo un clásico dentro de los festivales veraniegos. Y más teniendo en cuenta que se trata de un evento gratuito enmarcado en las fiestas de Ripollet, ciudad próxima a Barcelona. En esta ocasión celebraban su XXI edición, casi nada, sobre todo tratándose de un festival organizado a través de una asociación cultural.
En cierta manera el Ripollet Rock es más que un festival, al ser gratuito se convierte en el punto de encuentro de melenudos y hombres de negro de la zona de Barcelona, es imposible dar cuatro pasos sin encontrarte a alguien conocido o miembros de alguna banda o relacionado con la música. Todo son caras conocidas.
El cartel de este año no era el mejor de la historia pero creo que no se quedaba corto y tenía suficientes alicientes como para satisfacer sobradamente a un buen metalero. ¿Qué lo tuyo es el rock urbano? El Rey De Espaldas. Que eres más extremo, pues Thrash de calidad con Aggression. Como no... el metal nacional no podía mantenerse al margen con unos Zenobia que están atravesando uno de los mejores momentos de su carrera. ¿Algo de calibre internacional? Pues unos Masterplan con Roland Grapow a la cabeza reivindicando que aún están en la brecha tras los cambios de formación. Y para acabar un grupillo de versiones... unos tal Rising... poca cosa... versionando a Rainbow. Y todo eso por la cara.
Puntualísimos, casi antes de la hora, cosa poco habitual en este país donde se programa un concierto a una hora y empieza como poco media hora más tarde salieron a escena El Rey De Espaldas que celebraban su décimo aniversario. Como suele suceder, la organización invita a una banda local para abrir la noche. Este año tocó rock radical, como se llamaba antes, rock urbano, punk-rock, que cada uno le ponga el calificativo que quiera, rollo Reincidentes, Porretas y grupos del estilo. Un estilo que se deja escuchar muy bien y siempre resulta molón. La actuación la aprovecharon para traerse a algunas bandas amigas para compartir esa celebración del décimo aniversario que fueron subiendo por temas sobre el escenario. Una locura de backline imagino para los técnicos pero que fue todo un gesto por parte de la banda.
El primer cambio de grupo se hizo con gran rapidez, entre charlas con unos y con otros en cuanto nos dimos cuenta Aggression ya estaban sobre el escenario y empezó a sonar la intro de su segundo trabajo Viocracy, que fue interrumpida por algún problema técnico. Al poco empezó, ahora sí, su descarga.
Aggression venían sin bajista, lugar que fue cubierto por Vic (Moonloop i Northland) quien les echó una mano para poder cubrir este festival, todo un placer poder verlo con esta gran banda de thrash compuesta por Pol Luengo, Niko Hernández y Jose Rosendo.
Que el Thrash está de moda no es ninguna novedad, tenemos una muy buena cantera de bandas de este estilo con aires de los ochenta y noventa que vienen con la técnica de la década actual, a parte de los grandes, Angelus Apatrida o Gauntlet en Barcelona hay muy buenas bandas como Crisix, Reek, Alyanza o los propios Aggression que ya dieron un toque de atención gigante con Moshpirit y en el 2012 dieron una vuelta de tuerca más con Viocracy, aunque no fue del todo entendido su trabajo por parte de todos, creo yo.
Su descarga sufrió de un mal sonido, se podía escuchar, pero distaba mucho de ser lo que todos esperábamos. Le pusieron ganas, eso es innegable, no sé si fue el escenario que se les vino grande, pero les faltó ese punto para decir... brutal. Me quedo con las ganas de verlos en una sala más habitual, que creo que será ahí donde lo revienten.
Turno ahora para Zenobia, mientras la gente seguía llegando, lo que parecía que iba a ser un poco pobre en asistencia, empezaba a apuntar hacia una de las mejores entradas del festival.
Si el thrash está en boga, hay un estilo que en este país parece más arraigado que la siesta. El mal llamado metal nacional, ese saco donde se mete a todo lo que no es extremo y cantado en castellano. Zenobia llegaba al Ripollet en uno de sus mejores momentos tras sus conciertos con Dünedain en la gira de "Unidos por el metal" y su reciente participación en el Leyendas Del Rock. Además venían con un nuevo trabajo que presentar, Armageddon, un disco repleto de temas para cantar con el puño en alto. Un estilo que han destilado de las bandas ochenteras y del power de los noventa.
Metal, temas pegadizos, himnos... supieron calentar al personal, la gente cantaba sus temas, una de las mejores cosas que le puede pasar a una banda, que el público se haga suyos sus temas. Como sucedía con Aggression, Zenobia traían un bajista especial para cubrir esa actuación, Jonathan Blanco les estaba echando una mano y vaya mano, para no estar acostumbrado a escenarios así lo disimuló muy bien integrándose a la perfección con el resto de la banda.
Fueron sonando temas como "La Tormenta", "Vuelve", "Unidos Por El Metal", algo cambiada, ya que no estaban acompañados de Dünedain, "La Legión Infernal" y como no, "Lo Llevo En La Sangre", tema que como iban sobrados de tiempo pudieron repetir para desgastar aún más las voces del público que no dejó de acompañarlos en las voces.
No es momento de entrar en debates sobre el metal nacional, pero Zenobia saben lo que hacen y no cometen el error de ir más allá y estropearlo. Si lo que haces esta bién... a disfrutar y así lo hizo el público pese a que el sonido seguía sin estar a la altura.
El momento más álgido de la noche en cuanto a público estaba a punto de llegar tras un largo paréntesis para prepararlo todo. Jaimax, maestro de ceremonias del Ripollet Rock ya comentó que nunca antes había visto tanto metalero en su pueblo, no sé si habrá sido la más multitudinaria, pero había mucha gente.
Masterplan venían como cabezas de cartel, los chicos de Roland Grapow ya no son los que forjaron los primeros y quizás más memorables trabajos de la banda, pero no se trata de unos cualquiera... Rick Altzi (At Vance) ocupando el lugar de John Lande, al bajo un viejo conocido, Juri Kainulainen (Stratovaruis), a la batería Marthus Skaroupka (Cradle Of Filth) y a los teclados el único superviviente, Axel Machenrott.
El sonido que nos había traído de cabeza durante toda la noche cambio por completo, por lo que comentó Rick, si mi inglés no me jugó una mala pasada, su técnico que cumplía esa noche 65 años, todo un crío, se las apañó para sacar un muy buen sonido, pero no gratis, nos hizo pagar por ello un precio muy alto. Tan alto que subió el volumen a unas cotas bastante insufribles. ¡A ponerse los tapones!
La descarga fue más que correcta, sonando temas de sus primero discos y alguno del actual, como sabían que la gente esperaba lo añejo. El público volvió a responder y eso que su actuación se alargaría hasta las 3 de la mañana. Roland Grapow fue el centro de atención, gesticulando y viviendo cada tema como si fuera único, para él no han pasado los años, pero en general la puesta en escena de Masterplan me pareció un poco justa. Bien, pero de una banda de ese calibre esperas un plus que no se lo supe encontrar. Demasiadas pausas entre temas, a Rick le falto conectar con el público. Al margen de que se pasó medio concierto preguntando como se decía Gracias en catalán una y otra vez, ayudado por Juri que al final creo que se lo tomaba a broma... Gracies!
Sonaron temas como "Enlighten Me", "Time To Be King", "Crimson Rider", "Heroes" o "Crawling From Hell". Masterplan quieren volver a lo más alto, los temas son buenos, hay que poner más madera sobre las tablas y ... hacía la autopista!
Ahora es cuando viene la banda de versiones y nos vamos todos a hacer corros para charlar y pasar un poco del concierto, ¿no? ¿Quién conoce a unos tales Rising? Deben ser unos novatillos que no se atreven a componer sus propios temas y se han metido en el fregado de versionar a Rainbow, ahí es nada... Pero si miramos el cartel, Rising ocupa casi la mayor parte del cartel, de hecho casi parecen ser los cabezas de cartel, menos mal que nos suena el nombre de Masterplan sino diríamos que hay una errata.
Pues nada más lejano a la realidad, fueron la gran banda de la noche, "los de las versiones" se comieron el escenario. Esos chicos son nada más y nada menos que Ronnie Romero (José Rubio, Aria Inferno, Ex-Santelmo), Armando De Castro (Barón Rojo), Gorka Alegre (Barón Rojo), Andy C. (Saratoga) y Giovanni Tradardi y tocando temas de una de las bandas más carismáticas de todos los tiempos, Rainbow, Richie Blackmore, Dio y compañía.
Si que hubo gente que se marchó o se alejó del escenario, pero fuimos muchos los que nos quedamos hasta bien pasadas las cuatro de la mañana gozando con Rising y había público de todas las edades, no solo viejas glorias.
Siempre he sido bastante crítico con las bandas que nunca se retiran y van con más o menos éxito alargando su vida a costa de aquello que fueron y lo mantengo, pero he de reconocer, para mi disfrute personal de esa noche que Armando De Castro dio una lección de cómo debe estar un guitarra sobre el escenario, que grande y con esa edad... la madre que lo parió! Al igual que los demás. Ronnie... ¿qué puedo decir que no se haya dicho de su voz? Gran frontman, se le quedó pequeño el escenario. Cerraron una noche para el recuerdo una nueva edición del Ripollet Rock, la XXI con temas como "Kill The King", "Do You Close Your Eyes", "Gates Of Babylon" o "I Surrender". Próxima parada Madrid, yo no me lo perdería si tuviera la oportunidad.
Y eso fue todo... una noche de metal gratuita, una vez más el Ripollet Rock dejó de ser un mero festival y fue un punto de encuentro del metal barcelonés. Y este año con la oportunidad de charlar con las bandas en una carpa especial por la que fueron pasando todas ellas. A preparar la próxima, que ya hay ganas de conocer el cartel.
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