Kabrönes + Le Mur – 15/06/2024 - Sala Mamba (Murcia)
La expectativa era palpable. La Sala Mamba de Murcia se preparaba para una noche de gran envergadura. Kabrönes, la banda compuesta por ex miembros de Mägo de Oz, llegaba a la ciudad para ofrecer un repaso por los éxitos de la formación clásica. Inicialmente, el concierto estaba programado en el emblemático Murcia Parque, pero un cambio de último momento trasladó el evento a la Sala Mamba. Esta modificación, a pesar de su cercanía al evento, no desanimó a los seguidores, quienes formaron largas filas durante horas para asegurar su entrada.
La apertura de puertas, prevista para las 21:00h, se retrasó hasta las 22:30h debido a problemas logísticos de la sala. Este contratiempo resultó en la cancelación de la actuación de los teloneros, Le Mur. Una verdadera lástima, ya que Le Mur es una banda vibrante, llena de temas contundentes que merecen ser escuchados. Su ausencia en el escenario fue una pérdida significativa para la velada, ya que su música, producto de un arduo trabajo, merece un amplio reconocimiento.
Sin embargo, la espera no mermó el entusiasmo de los asistentes, que aguardaban ansiosos la actuación de Kabrönes, listos para revivir los clásicos de una era dorada del rock cantado en castellano. Una vez en la sala, toda nuestra atención estaba puesta en Kabrönes.
Mägo de Oz es una banda que no deja a nadie indiferente: despierta amor o rechazo sin términos medios. Personalmente, aunque he dejado de seguir sus trabajos más recientes, considero sus primeros álbumes como algunos de mis favoritos. Para muchos (yo entre ellos), es precisamente esa etapa la que se añora, con la formación que grabó obras emblemáticas como “Jesús de Chamberí” (1996), “La Leyenda de la Mancha” (1998) y “Finisterra” (2000), que dejaron una huella indeleble en mi adolescencia y han sido muy importantes en mi vida.
Por ello, como a muchos, me alegró profundamente ver la reunión de José Andrea, Frank, Salva y Carlitos, miembros esenciales de aquella alineación histórica. Inicialmente, se presentaron bajo el nombre de Los Mago, pero como era de esperar, los conflictos judiciales no tardaron en surgir, obligándolos a adoptar el nombre de Kabrönes, un grito de guerra característico de José Andrea durante su tiempo como frontman de Mägo de Oz.
En una época dominada por la nostalgia, era lógico que esta propuesta tuviera un gran impacto, y la banda comenzó a salir de gira interpretando canciones de los álbumes mencionados y también de “Gaia” (2003). Para mí, no hacía falta más para estar ansioso por la fecha de su próximo concierto. Tuve la suerte de que su gira incluyera mi ciudad. No tengo ningún pudor en admitir que pasé semanas con mariposas en el estómago, esperando el reencuentro con esos clásicos que han sido tan significativos en mi vida.
La espera para ver en directo a Kabrönes se hacía interminable, y finalmente, a las 23:15h, tras resolver los problemas logísticos, el concierto dio comienzo. La banda arrancó con una mezcla de introducciones clásicas de su época dorada, culminando con la icónica "En un lugar", antes de lanzarse al primer gran clásico de la noche, "Satania". Este inicio fue suficiente para que la banda se ganara al público, con Carlitos deslumbrando con sus melódicos solos de guitarra, Frank brillando en la rítmica con su característico carisma, Salva aportando su sólida presencia, y José Andrea dominando el escenario con una maestría que refleja su estatus de leyenda.
La formación actual de Kabrönes incluye a Santiago Vokram del Gesú (Runa Llena) en el violín, quien aporta una notable presencia escénica, e Ismael Filteau “Filthó” (Amset, Cuatro Gatos, Silver Fist, Muro, entre otros) en los teclados, demostrando ser una auténtica fuerza de la naturaleza. En la batería, Joaquín Arellano “El Niño” (con una extensa trayectoria en bandas como Lessia, Muro, Saratoga, Alien, Ñú, Ankhara, Cuatro Gatos, Mägo de Oz, Envidia Kotxina, Zinkin Prim, Asfaltika, AmigOz, Universa, Stormzone, Snakebite...) destacó con su impresionante técnica y energía.
La ejecución de "Satania" fue electrizante, con Carlitos y su guitarra llevando al público a un viaje sonoro lleno de nostalgia y virtuosismo. Frank, con su precisión y actitud en la guitarra rítmica, junto a Salva, sostuvieron una base sólida y energética que permitió a José Andrea desplegar todo su talento vocal y presencia escénica. José, con su dominio escénico y su capacidad para conectar con el público, demostró por qué sigue siendo una figura central en la música rock.
Santiago Vokram añadió una capa extra de dinamismo con su violín, interactuando de manera vibrante con los otros músicos y aportando matices que enriquecieron el sonido de la banda. Ismael Filteau, con su virtuosismo en los teclados, añadió profundidad y complejidad a la música, mientras que Joaquín Arellano, con su impresionante currículum y habilidades en la batería, ancló la banda con ritmos potentes y precisos.
El concierto continuó con una selección de clásicos que transportaron a los asistentes a los mejores años de Mägo de Oz, ofreciendo una noche llena de energía, talento y recuerdos imborrables. Cada miembro de Kabrönes demostró ser un virtuoso en su instrumento, entregando una actuación que reafirmó su legado y dejó una profunda impresión en todos los presentes, a través de una permanente comunicación con su público.
Lo que pudimos disfrutar en la Sala Mamba fue un despliegue de clásicos que muchos nunca hubiéramos imaginado ver en vivo. "El Santo Grial" resonó con intensidad, creando uno de los momentos álgidos de la noche. Como era de esperarse, el público coreó cada canción sin descanso.
La euforia continuó con "El Lago", uno de los momentos más emotivos de la velada. José Andrea, con su impresionante capacidad vocal, abordó la exigente canción con maestría, mientras la audiencia cantaba cada palabra de principio a fin. Siguió "El Pacto", otra pieza vocalmente demandante, que también sonó impecable en directo.
"El que quiera entender que entienda" fue el siguiente tema, destacándose por el uso de recursos visuales, con una pantalla gigante al fondo proyectando videos que complementaban la música.
El concierto ofreció un respiro con las baladas "El Cantar de la Luna Oscura" y "Pensando en ti", esta última, una versión en castellano de la icónica "Dust in the Wind" de Kansas. Ambos temas sonaron impecables y crearon momentos cargados de sentimentalismo. Sin embargo, este tono no duró mucho, ya que pronto comenzó a sonar otro himno, "Hasta que el cuerpo aguante", con el público cantando a pleno pulmón hasta quedarse sin voz.
Tras "Gaia", una canción impresionante con una espectacular puesta en escena, ocurrió uno de los momentos más memorables de la noche, en una velada llena de ellos. El teclista Ismael Filteau “Filthó”, un músico que no dejó de bailar y saltar, motivando continuamente al público, se entregó completamente al ambiente de la sala. En un gesto épico, saltó del escenario para dar una vuelta completa por la sala antes de regresar mientras José Andrea cantaba el emblemático “y se marchó, y a su barco le llamó libertad…”. Fue un instante épico que encapsuló la energía y la pasión de la noche.
La banda, con su extraordinario talento y presencia escénica, entregó una actuación que no solo cumplió, sino que superó las expectativas, ofreciendo a los asistentes una experiencia inolvidable llena de nostalgia y fervor.
De ahí al final, la intensidad no disminuyó ni un ápice. "Requiem" resonó con un profundo significado, especialmente conmovedor para aquellos que han perdido a alguien cercano. La interpretación de la magnífica "Jesús de Chamberí" se convirtió en uno de mis momentos predilectos de la noche, imposible no cantarla y disfrutar de uno de los mejores solos de Carlitos.
La épica "Finisterra" sorprendió al público antes de que la banda se retirara momentáneamente, solo para regresar con las canciones finales. El cierre fue verdaderamente apoteósico con la oscura "Astaroth", seguida de su clásico "Molinos de Viento", un himno insustituible que todos corearon con fervor. La velada concluyó de manera espectacular con "Fiesta Pagana", un broche de oro para una noche inolvidable.
Después de aproximadamente dos horas de espectáculo, no había nada que reprochar a la banda; al contrario, se notaba que disfrutaban de un concierto intenso que revivía lo mejor de una época dorada. Fue un recital magistral, y la respuesta del público, que cantó y aplaudió sin cesar, es testimonio de ello. Como mencioné antes, la nostalgia nos envolvió, permitiéndonos disfrutar de algo que quizás no vivimos en su momento. La banda se mostró en plena forma, con José Andrea demostrando una capacidad vocal impresionante, como si el tiempo no hubiera pasado para él, y unos músicos llenos de energía y experiencia.
Estoy deseando volver a verlos. Agradezco a Six Force Management por brindarle a Satan Arise la oportunidad de cubrir este concierto, por las facilidades y el trato recibido. ¡Sois fantásticos!
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