Alma Festival: Alice Cooper + Dizzel - 28/06/24 - Poble Espanyol (Bcn)
El pasado 28 de junio de 2024, Barcelona se convirtió, nuevamente, en la ciudad del rock. No hay que negar que esta gente del festival Alma se lo monta muuuuuy bien: el Pueblo Espanyol como escenario ideal para una noche que prometía ser histórica, una primera zona de ‘chill’ para tomar algo y disfrutar de unos teloneros de lujo, y todo muy ‘cool’ y muy ‘pink’ para gozar de un Alice Cooper, que está en muy buena forma.
A las 20:00h, DIZZEL subía al escenario. La banda, con Pablo Della Santa al frente, arrancó con una energía desbordante, capturando, inmediatamente, la atención de todos los presentes. Su apertura con "Now You Know" marcó el inicio de un set vibrante, lleno de potentes riffs de guitarra y letras cargadas de emoción. Pablo Della Santa, con su presencia magnética y su voz potente, demostró por qué DIZZEL está ganando un lugar destacado en la escena del rock estatal. Su capacidad para interactuar con el público y hacer que cada canción se sintiera como un himno personal fue impresionante. Durante "Right or Wrong", la banda mostró su habilidad para combinar intensidad musical con lirismo poético, creando un momento de conexión profunda con los asistentes.
El setlist de DIZZEL fue un recorrido por su disco homónimo y sus influencias. Canciones como "Go, Go, Go" y "Take Me to the Preacher" resonaron con fuerza, cada una mostrando la versatilidad de la banda y la habilidad de Della Santa para manejar distintos estilos dentro del rock. Pero, no podía ser de otra forma, mi favorita fue la versión de “Cold Gin” que se marcó el amigo Pablo con alusión incluida a los que llevábamos camiseta de KISS.
DIZZEL no solo impresionó por su música, sino también por su cohesión como banda. La sección rítmica, compuesta por el bajista Armando Gayá y el batería Emiliano Garcias (por su sonrisa, se lo estaba pasando fetén durante el directo), proporcionó una base sólida que permitió a Della Santa y a Xavi Carceles brillar. La química entre los miembros del cuarteto era palpable, y su entusiasmo más que contagioso, cosa que nos preparó perfectamente para lo que veníamos a buscar: unos azotes de la leyenda del shock rock: Alice Cooper.
Terminado el concierto de DIZZEL, bajamos al escenario principal para recibir a Alice Cooper. La oscuridad envolvió el Poble Espanyol y la expectación creció entre el público. A eso de las 21:30h, Mr. Cooper hizo su entrada con "Lock Me Up", desatando una ola de emoción entre la multitud. Esta apertura marcó el inicio de un viaje musical a través de los grandes éxitos de su carrera, cada uno interpretado con una energía y teatralidad que desafiaron el paso del tiempo. La cosa seguía con "Welcome to the Show", envolviéndonos, por si alguno creía que se iba a escapar, en el mundo oscuro y fascinante de Alice Cooper. La interacción constante de Cooper con los asistentes, combinada con su presencia escénica magnética, hizo que cada canción se sintiera como una experiencia compartida.
"No More Mr. Nice Guy" y "I'm Eighteen" fueron recibidas con vítores ensordecedores. Estas canciones, verdaderos himnos del rock, evocaron una sensación de nostalgia entre los fans más acérrimos, llevándonos a un clímax máximo. Y esto era un no parar: "Under My Wheels" con su ritmo frenético y sus potentes riffs nos atropellaba y nos pasaba por encima.
"Bed of Nails" y "Billion Dollar Babies" fueron las siguientes en este set list alucinante. "He's Back (The Man Behind the Mask)" añadió un toque de cine de terror al set, mientras que "Be My Lover" y "Lost in America" aportaron momentos de conexión y sátira social, respectivamente.
Uno de los puntos culminantes del concierto fue "Hey Stoopid", precedido por un impresionante solo de batería de Glen Sobel. La energía desbordante y el humor característico de Cooper hicieron de esta interpretación una de las más memorables de la noche, con paparazzi asesinado incluido.
La teatralidad de Alice Cooper alcanzó su apogeo con "Welcome to My Nightmare". El escenario se transformó en una pesadilla gótica, llena de figuras sombrías y efectos visuales impactantes. Esta canción, del álbum conceptual de 1975, se interpretó como un espectáculo en sí misma, subrayando la capacidad de Cooper para fusionar música y narrativa. El setlist continuó con "Cold Ethyl" y "Go to Hell", dos temas que mantuvieron la intensidad y el dramatismo del espectáculo. Y llegaba, ahora, el turno de "Poison", uno de los mayores éxitos comerciales de Cooper, que desató una ola de euforia entre el público, que coreó cada estribillo como si la vida le fuera en ello. "Feed My Frankenstein" cerró el set principal con una explosión de energía, dejando al público en un estado de euforia total. ¡Queríamos más!
La banda volvía con "The Nightmare" y "Black Widow Jam", esta última permitiendo a la guitarrista Nita Strauss deslumbrar con su destreza. Uno de los momentos más dramáticos fue "Ballad of Dwight Fry", donde Cooper, vestido con una camisa de fuerza, interpretó a un paciente mental, creando una escena de tensión y emoción de lo más dramáticas. "I Love the Dead" se presentó en una versión abreviada pero impactante, seguida por "Elected", que añadió, nuevamente, una capa de sátira política al show. El concierto cerró con "School's Out", una celebración total con confeti y globos llenando el aire mientras el público cantaba a pleno pulmón. La mezcla con "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd añadió un toque final de simbolismo que hizo que, simplemente, flipáramos.
Alice Cooper, con su característico maquillaje y su atuendo macabro, demostró desde el minuto cero por qué es una leyenda del shock rock. Su presencia escénica y su capacidad para combinar música y teatro ofrecieron un espectáculo completo que fue mucho más allá de un simple concierto. No se puede subestimar la importancia de la banda que acompaña a Alice Cooper en sus giras. Estos músicos talentosos no solo apoyan la teatralidad del frontman, sino que también aportan su propio virtuosismo a cada actuación. La guitarrista Nita Strauss, en particular, destacó por su impresionante destreza y su enérgica presencia en el escenario. Sus solos fueron electrizantes, especialmente durante "Roses on White Lace", donde su habilidad técnica quedó plenamente demostrada. El baterista Glen Sobel y el bajista Chuck Garric proporcionaron una base rítmica sólida y poderosa que sostuvo cada canción, mientras que los guitarristas Ryan Roxie y Tommy Henriksen añadieron capas de melodía y armonía que enriquecieron el sonido general. Entre todos crearon una sinergia que hizo que cada tema sonara fresco y vibrante, a pesar de los años transcurridos desde su creación.
Sin lugar a dudas, Alice Cooper reafirmó su estatus de leyenda del rock, no solo por su música, sino por su capacidad para ofrecer un espectáculo completo que trasciende generaciones. Cada canción, cada gesto y cada elemento teatral contribuyeron a una noche que quedará grabada en la memoria de los fans.
El festival Alma, con su cuidada organización y la elección de un escenario tan emblemático como el Poble Espanyol, logró crear el ambiente perfecto para una velada inolvidable. La acústica del recinto, sumada a la energía del público y la calidad de las actuaciones, hicieron de este evento un éxito rotundo. ¡Bravo!
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