The Night Flight Orchestra + Tragedy - 08/02/2025 - Wolf (Barcelona)
La noche del 8 de febrero en la Sala Wolf de Barcelona tenía todos los ingredientes para ser especial: una banda con una conexión única con la ciudad, un público entregado y la promesa de un viaje musical repleto de nostalgia ochentera. THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA regresaba a España tras su última visita en 2020, justo antes de que el mundo se detuviera por la mil veces maldita pandemia.
A las 20:00, puntualísimos, los neoyorquinos TRAGEDY aparecían en escena con algo que, la verdad, no nos esperábamos. Clásicos de la música disco y pop de los 70 y 80 en versión metalera. Pero no solo eso, versiones con un desparpajo y una puesta en escena de los más irreverente, pero de lo más divertido. Muchos de los que ahí estábamos no los conocíamos, pero, aparte de no olvidarlos en el futuro, nos quedó claro que su objetivo era que nos lo pasaramos bien sin ningún tipo de complejo.
Desde “The Final Countdown”, hasta una versión de "It’s Raining Men" que, por momentos, parecía estar a punto de convertirse en "Raining Blood" de Slayer o “Stayin’ Alive” de los Bee Gees sonaron con la contundencia de himnos del heavy metal. Mientras tanto, los miembros de la banda interactuaban con el público con una mezcla de teatralidad y pura locura con confeti, muñecas hinchables y todo lo que puedas imaginar. Lo de TRAGEDY no era un concierto, era espectáculo puro y duro.
Tras una pausa breve, la sala se sumió en la penumbra y el murmullo expectante se transformó en una ovación cuando los primeros acordes de “Stratus” marcaron el inicio del show de THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA.
Nuestro vuelo había despegado, y nosotros íbamos en primera clase. Björn Strid, siempre carismático, se adueñó del escenario con su presencia imponente, mientras las coristas Anna Brygård y Åsa Lundman, vestidas como azafatas de un vuelo de la PANAM, reforzaban la sensación de que habíamos entrado en una máquina del tiempo. “California Morning” caldeó nuestro vuelo e hizo que sufriéramos las turbulencias de un tema que encapsula perfectamente lo que es esta banda: guitarras afiladas, teclados evocadores y melodías irresistibles. Es una música que suena a carreteras interminables, a películas de acción de los 80 y a una época donde el rock se permitía ser grandilocuente sin miedo al qué dirán.
Rasmus Ehrnborn, nuevo guitarrista y bajista de Soilwork, tuvo una actuación sobresaliente, demostrando que, aunque la ausencia de David Andersson sigue pesando, la banda ha sabido recomponerse con clase. De hecho, Björn Strid aprovechó la presentación de “Paloma” para recordar a su compañero fallecido. La emoción embargó la sala en ese instante, convirtiéndose en un mar de luces de móviles y murmullos conmovidos.
En general, el setlist fue un equilibrio perfecto entre los temas más nuevos, de su último disco por ejemplo, y aquellos que definen a los de Helsinborg. Bailamos con “Domino” y saltamos con “Gemini”; y cuando llegó “Transmissions”, la atmósfera se volvió casi mágica. THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA, gracias a sus armonías vocales, la calidez de los estribillos, el groove que posee la banda… tiene la capacidad de transportarnos a otra época, sin perder frescura ni autenticidad.
Llegaba el final del concierto, pero no podía acabar sin una última explosión de energía. Con “West Ruth Ave” y “Satellite” que pusieron el broche de oro a una noche en la que, más que asistentes de un concierto, fuimos pasajeros de un vuelo que no queríamos que terminara. Con THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA viajamos a otra dimensión en la que todo es posible, gracias a las emociones y a un sonido que, aunque anclado en el pasado, sigue sonando increíblemente vivo en el presente.
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