Pain + Oceans + Killus - 21/02/2025 - Mon (Madrid)
Aunque apenas ha empezado el año, la capital ya ha podido disfrutar de muy buenos directos. El pasado viernes 21 de febrero, la sala Mon de Madrid acogió la última fecha del “I Am On Tour” de Pain. Un show que creó mucha expectación entre los seguidores de la banda sueca. A ellos les acompañaron Oceans y Killus, en un concierto que sin duda dejaría huella.
Ya desde primeras horas de la tarde, varios fans hacían cola en la puerta de la sala madrileña. Y es que, la promesa de un buen concierto siempre empuja a los acérrimos a postrarse ante las puertas varias horas antes. Con suerte, el retraso no fue muy largo.
La noche empezó con Killus. Desde Villareal (Castellón), salieron “Ssagitar” (voz), “Premutoxx” (bajo), “Anhell Stixx” (batería) y “Ruk” (guitarra) dispuestos a comerse el escenario. Y vaya si lo hicieron.
Con su característico maquillaje y su actitud rompedora, el grupo arrancó con “Skeletons of Society”. Ya desde el primer momento se notaron las tablas del cuarteto sobre el escenario, y lo demostraron con temas como “Ascending Antichrist” e “Imperator XXV”.
La sala no estaba llena del todo, pero los coreos de la gente llenaron todos los huecos posibles. Una pena que el sonido de la sala no hiciese justicia, porque la banda lo merecía.
Como si quisieran tirar la sala abajo, continuaron con “Stranger Things XXV” y “White Lines”, con una interpretación impecable. Toda la banda se desenvuelve genial en escena, pero destaca Premutoxx, que no paró quieto ni un segundo.
Aunque todo el setlist fue bastante cañero, Killus dejaron claro que las power ballads tampoco se les resisten con la poderosa “Paralyzed”. El vocalista quiso tener un momento más “íntimo” con el público, y cantó el tema desde la valla.
De cara al final, siguieron reventando el local con “Hypocrisy” y “Feel The Monster XXV”. Para ser la primera banda, el público estuvo bastante entregado, y menos mal que los levantinos no tuvieron que pasar por el mal trago de tocar para cuatro personas por ser los teloneros.
Como fin de fiesta, el cuarteto versionó a ABBA con un “Gimme! Gimme! Gimme!” metalero, que puso a todos los allí presentes en pie y con ganas de más. Se hizo breve, pero fue intenso.
Después fue el turno de Oceans. La banda alemana con Timo Rotten al frente y Patrick Zarske a la guitarra, Thomas Winkelmann al bajo y “T” a la batería vino a descargar su nu-death a la capital, comenzando con “Parasite”.
Aunque de nuevo el sonido fue bastante malo y no se apreció del todo bien a los músicos, el público disfrutó del concierto y de temas como “Spit”, “We Are Not Okay” y “Breed, Consume, Die”. Temas bastante contundentes, acordes con el estilo de la banda.
La canción más coreada fue “Icarus”, aunque “Shark Tooth” y “Take The Crown” también contaron con buena acogida. En “I Sing Alone”, el público empezó en el suelo, por petición de la banda, para después volverse locos y romperse el cuello a puro headbanging.
Tras una ronda de chupitos para celebrar el fin de gira, el grupo terminó con “The Awakening”. Sin embargo, como les sobró tiempo, pudieron hacer un bis y despedirse con “Sulfur”. Una vez más, se hizo corto, aunque de igual modo intenso.
Sin desmerecer al resto de bandas, el plato más fuerte de la noche fue Pain. La banda sueca liderada y fundada por el multiinstrumentista sueco Peter Tägtgren (Hypocrisy) pisó el escenario con la intención de ofrecer una actuación memorable, y sin duda lo consiguieron.
Resulta asombroso cómo puede recaer sobre una sola persona el trabajo de toda una banda. Y es que Tägtgren es el artífice de todo este proyecto de metal industrial, desde la composición hasta toda la instrumentación.
Entre un montón de humo y unas luces cegadoras, Pain tomaron control del escenario con “I Just Dropped By (To Say Goodbye)”. Fue una verdadera pena que el sonido de la sala no hiciese justicia a la banda, y ese fue uno de los comentarios más repetidos a la salida del concierto.
El concierto continuó con “End of the Line”, “Call Me”, y “Zombie Slam”. Repertorio cañero y con una interpretación de calidad, e incluso curiosos cambios de outfit. Todo bastante normal, en principio.
Sin embargo, a partir del segundo bloque empezó a desatarse la locura. A ese descontrol contribuyó con creces el público, que coreaba canciones como “Same Old Song” como si quisiera reventar la sala.
Aquello parecía una auténtica fiesta. O más bien una “Revolution”.
Hablando de fiesta, merece la pena hablar de la que se lió en “Party In My Head”. Con luces de colores, pelotas de playa y outfits casi dignos de los Village People, montaron un sarao que ni en las mejores discotecas.
Incluso dos miembros de Oceans, bajista y cantante, salieron al escenario con las letras “P A” y “I N”… pintadas en cada nalga. El cantante acabó casi con la cabeza en el suelo. Pobre, demasiados chupitos.
Para cambiar de tercio, Tägtgren se atrevió con un blues en “Have A Drink On Me”. “If you don’t like blues, f*ck you”, soltó el líder, ni corto ni perezoso. Prueba de que en humor tampoco escasea.
Después de “Let Me Out” y “I’m Going In”, Pain echaron el cierre a su inigualable concierto con la coreadísima “Shut Your Mouth” con alien incluido sobre el escenario.
Aun a principios de 2025, puede que este show se lleve la palma como concierto del año para muchos. Y no es para menos.
Gracias a Madness Live por sus facilidades!!!
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