Barón Rojo + Regresion - 22/2/2014 Sala Bóveda (Barcelona)
El 22 de Febrero del 2014 se abría la sala Bóveda (antigua Mephisto) para albergar el regreso de los Barones a la ciudad condal. La última vez que había podido presenciar un concierto de ellos había sido en la gira de reunión, y aquella noche de Febrero del 2012 el público se lo pasó en grande durante tres extensas horas. La sensación fue de haber asistido a algo único, aunque todo se tornó algo triste al ver el documental y contrastar que aquella gira había necesitado de mucha vaselina para hacerse realidad.
A finales del año 2012 Barón sacaba su último disco de estudio hasta la fecha, “Tommy Barón”. Así y ahora, un año y medio después, con este LP (que ya habían presentado en la ciudad condal) nos reencontrábamos con los hermanos barones acompañados del bajista Gorka Alegre y del batería Rafa Díaz completando formación.
La semana anterior había comenzado con dos anuncios importantes. Primero se colgaba el cartel de “no hay entradas”, la cual cosa no sorprende dada la importancia de la banda en cuestión y el limitado aforo de la sala, aunque las cuestiones organizativas se me escapen. El otro anuncio importante era el cambio del grupo que tenía que hacer de telonero. GHETTO se salían del cartel tras esta nota de prensa:
COMUNICADO DE LA BANDA GHETTO:
Hola a todos
Por discrepancias internas, Ghetto debe separarse como banda. Subir a un escenario en tensión, y siendo ya una banda herida de muerte, creemos que habría sido nefasto para la puesta en escena, y no queríamos ofrecer un directo incompleto al público.
Ante la imposibilidad de seguir adelante, nos hemos visto forzados a abandonar el cartel del día 22 de Febrero junto a Barón Rojo. Pedimos disculpas a todos los que puedan verse afectados, y damos las gracias a todos los que han estado ahí apoyándonos.
Un saludo.
Su sustituto era el grupo REGRESION. Justo a la hora de apertura el grupo comenzaba su descarga en esa difícil labor de telonear a un grande. La sensación fue espectacular, engancharon a la perfección con el público que iba llenando la sala. Con muchas tablas, buenas canciones y presentando un hard rock de escuela sin excentricidades, se ganaron al público con una versión muy bien elegida del clásico de AC/DC Higway to Hell y el tema propio Estrellas del Rock. La gente coreaba y se notaba que disfrutaba con la banda como es raro ver en actuaciones de teloneros. Sin duda, dejaron un buen sabor de boca. Por otra parte, el sonido fue bueno, y aunque quizás a la guitarra solista le costaba destacar, la banda daba la sensación de encontrarse muy cómoda, tanto como el público con ellos.
Y tras un breve receso para arreglar los últimos detalles del sonido, tocaba Barón Rojo. El grupo sonó bien, sobretodo la inconfundible guitarra de Armando, pero la pega sin duda fue la voz de Carlos, apagada en ocasiones y disimulada por la actitud del público, que cantó sin parar.
Las canciones pasaban de himnos a temas más inéditos en la historia de Barón de manera rápida, y a los pocos acordes de cada canción se notaba el derroche de emociones que provocaban los grandes hits de la banda: si mirabas a tu alrededor, veías alguna que otra lagrimilla. Barón mantuvo durante todo el concierto (unas dos horas largas) el listón alto, desafiando al respetable con canciones que no eran de sus discos más famosos pero que la banda defiende a capa y espada. En definitiva, nadie puede negar que cualquier canción de sus cuatro primeros discos forma parte de nuestra historia (y ya van varias generaciones), y eso hace de Barón ser lo que es, nuestros Judas, Maidens o Metallica, con sus pros y sus contras. Como no podía ser de otra manera, provocaron un final apoteósico tocando desde Concierto para ellos hasta Siempre estas allí, con la sala reventada y rozando la locura.
Es difícil encontrar un grupo tan ligado a su historia y a la de sus componentes, y si hay algo a destacar en Barón, aparte de su gran historia, es la figura de Armando de Castro. Este verano lo había podido disfrutar emulando a Ritchie Blackmore con el grupo de covers de Rainbow, (Rising). Sin duda, es su energía lo que llena el escenario, y mientras Armando nos deleite, el Barón seguirá volando alto.
La sensación al final fue de satisfacción: ¡¡otra vez Barón!! A nivel personal, he de decir que me había propuesto no soltar una sola lágrima con temas como Cuerdas de acero o Resistiré, pero no lo conseguí.
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