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Satan Arise

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Seguimos sumando granitos de arena y esta vez, le toca el turno a Lu, teclista de Shattered Sigh. DOOOOOM por los cuatro costados, con una mujer super interesante y divertida.

- ¿Doom entrevista para conocer secretos de Lu?

Espera voy a cerrar la luz que entra demasiado sol por la ventana y la oscuridad no guiará mis palabras ¿Puedo contestar en chanclas? Encendamos un par de velas, algo de incienso para dar ambiente y que la fuerza acompañe a l@s que se atrevan a leer todas mis respuestas.

¿Acostumbrada a las entrevistas?

No estoy nada acostumbrada a las entrevistas desde este lado, si he hecho alguna he sido siempre la que preguntaba. Tengo miedo de mi capacidad de enrollarme. Por eso espero no hacerme demasiado pesada ya que, cuando empiezo a hablar, no paro. (jijiji)

¿Cómo nace tu paso a la música?

Hace ya un montón de años. Mi padre apareció a las cinco de la mañana con un piano estaba en casa de un amigo suyo y se lo regalaba si se lo llevaba esa misma noche. Mi padre era coleccionista de antigüedades y tenía sus contactos en “els encants de Barcelona”, llamó a uno de ellos antes de que hicieran la subasta de cada día. Vino con una furgoneta a casa de su colega y se lo llevó. Recuerdo que lo subieron el y mi hermano en el ascensor (vivíamos en un séptimo piso), flipante. ¡¡Yo me lo quedé mirando y dije…guau!! ¡Tenemos un piano en casa! A la semana estaba en el metro camino al conservatorio del Liceu. De eso hará ya unos cuantos años, tenía por entonces unos diez.

¿Y al Doom?

Al Doom, de manera consciente y con intención de hacerlo llegué relativamente tarde cuando conocí los inicios de la que sería mi actual banda. Desde muy joven me acercaba a sonidos oscuros, me atraían estilos con una misma línea y descubrir este rollo fue lo mejor que me pudo pasar. Al fin podía combinar mis teclados con riff pesados de guitarra y una voz desgarradora, todo ello aderezado con un tempo lento y pesado, creo que era lo que había estado buscando toda la vida.

- ¿Que otros estilos te gustan o definen?

Soy muy mala para poder retener conceptos y las definiciones exactas de cada estilo, (todavía me sorprendo como he podido acabar alguna carrera con lo dispersa que soy) y muchas veces se me escapan de la memoria. Siempre me he movido dentro de un estilo que aporte algo de oscuridad a cada nuevo día.

Adopté el color negro en mi ropa a los 16 y creo que solo lo he abandonado por razones de curro (aguanté un par de años y era entre semana, no me sentía cómoda). Siempre he ido buscando estilos que encajaran con mi forma de ver la vida. Soy una freak a la que le gustan las historias de terror, los cómics, las películas. Creo que todo eso ha configurado mis gustos musicales en una línea determinada que se debe notar en la música que hago y escucho.

Subí a un escenario con 15 años tocando el teclado en la banda que tenía mi hermano. Empecé siendo una punki que quería quemar cosas y gritaba “no future” por todas partes, me reconvertí en siniestra deprimida a finales de los 80, estuve haciendo música techno y haciendo bolos de los 40 principales (si, has leído bien), en los 90 e incluso paseé el palmito por los escenarios haciendo animación infantil y las famosas BBC (bodas, bautizos y comuniones).

Con el nuevo siglo colaboré en bandas de diferentes estilos dentro del metal. e incluso tuve mi propia banda de gotic-metal (no era lo que más me molaba, pero no encontraba nada más) y acabé susurrando al oído del público de los bolos de Shattered Sigh mi famoso “yo hago doom” allá por el 2007.

Por otro lado, he tenido la suerte de conocer gente con mucha cultura musical de los que he ido conociendo nuevos estilos, me mola mucho el death, con el grindcore me lo paso pipa haciendo el loco y tampoco le hago ascos a una sesión de industrial (la resaca de mezclas puede ser terrible, ¿no?)

Estos días de confinamiento, da tiempo de escuchar otros estilos, bandas o recuperar temas olvidados, que pasan un poco por alto, en otras circunstancias ¿Algún descubrimiento?

Estos días no he podido hacer nada de lo que la gran mayoría ha dicho hacer. Tenía ganas de encerrarme en mi casa a tocar el piano, pensar en arreglos para temas que tengo pendientes de Shattered, leer los famosos mil libros que la gente dice haber leído...y, sobre cocinar, ni mencionarla no me mola nada por lo que el tema hacer pasteles ni lo contemplé.

Empecé bien, con mis horarios, rutinas de ejercicio físico, todo ordenado y preparado, pero...no fue posible, el volumen de trabajo que apareció en mi vida, con el confinamiento, me dejó totalmente anulada dentro en una burbuja que me aisló totalmente.

Por suerte he conseguido salir de ella y poco a poco voy viendo luz al final del túnel. No he podido escuchar nada e incluso he tenido días en los que me hervía la sangre por no tener energías ni ganas. Supongo que no he sido la única.

- En tu día a día, combinas la docencia, con un estilo bien distinto a lo que se puede mostrar en un aula ¿Como lo compaginas?

Precisamente mi profesión ha sido la que ha provocado el colapso total estos días. Me encanta y es el motor de mi vida, si encima es ser profesora de música, que es el combustible que alimenta ese motor, te puedes imaginar cómo me entrego a ella. Tener que adaptar la docencia y más de la música al entorno on-line ha sido todo un reto y un volumen de trabajo que solo los que conocen de cerca algún docente pueden ser conscientes. También soy profesora de piano, lenguaje musical y llevo una coral (imagínate gestionarla a través de una vídeo-conferencia) en una academia de música por las tardes. Todo ello creo que te puede dar una idea del volumen de trabajo que se vino encima.

Si nos centramos en los momentos de “antigua normalidad” te podría explicar que es muy divertido dar clases de música a niños de 3 años con una camiseta de Gojira y salir en la foto de Navidad con una de Chutulu.

También doy clases a chavales de la ESO y te puedes imaginar lo que deben pensar de la “locuela de su profe”. No soy la típica, eso está claro.

Durante años tuve que cambiar mi forma de vestir y no me sentía cómoda por tener que adoptar una estética de “pseudo jipi”, por suerte, en el colegio en el que estoy ahora, puedo ir tal y como soy yo y lo llevo genial.

- También eres redactora en Subterráneo Webzine, una web dedicada a la música más extrema. ¿Qué nos puedes contar sobre tus colaboraciones?

Hace ya unos tres años que hago alguna pequeña colaboración, me gustaría poder aportar más pero no dispongo de mucho más tiempo. Suelo hacer sobre todo crónicas de conciertos, ahora lo tendré difícil y me aventuro con alguna reseña, pero confieso que tengo mucho respeto a comentar los discos que hace la gente. No pretendo otra cosa más que ofrecer información sobre ellos y dar mi humilde opinión sobre lo que he escuchado.

Cuando te he hablado sobre la suerte que he tenido al conocer gente con grandes conocimientos de música, entre otros, me refería a ellos ya que han sido una bocanada de aire fresco en el tema de descubrir nuevas bandas y música fuera de lo habitual.

El staff de Subterráneo Webzine tiene una gran calidad tanto personal como culturalmente hablando. Su directora Irene, es una gran mujer que invierte mucho esfuerzo, tiempo (me aventuro añadir dinero) en hacer que el medio tenga un nivel excelente.

Tiene un equipo a su alrededor muy bueno del que he aprendido un montón desde que estoy con ellos y agradezco un montón al destino haberme cruzado en su camino.

- Vamos al tema ¿quién es niño muerto? (jajajaja)

-jajajajaja! Niño muerto…Fuah...niño muerto es un viejo amigo, tendrá como unos 25 años o más. Cuando te hablé de mi cultura freak y de toda mi vida artística también podría haberte hablado de mi pasado haciendo fanzines, cortometrajes, vídeo-clips cutres...menos plantar árboles, escribir libros o tener hijos...he hecho de todo jejeje.

En uno de esos experimentos en los que participé hicimos un sencillo vídeo-clip a una banda de gotic-metal de finales de los 90. Remembrance se llamaban y no recuerdo el título del tema, pero sí que recuerdo que nos hacía falta una virgen y un niño Jesús calcinado.

Allí nació niño muerto…un muñeco de esos que estuvieron de moda hace años con “gañotas” que acabó tuneado en niño Jesús calcinado en manos de la virgen de postal Lu.

Un día lo colgué al soporte de teclados y, salvo una etapa más oscura de Shattered, siempre me ha acompañado en los directos. El pobrete ha pasado días duros de un lado al otro jejeje y ahora que había vuelto a los escenarios está un poco deprimido con el parón.

Tal vez pecaré de ser un poco frívola o de no ofrecer una imagen superseria con él colgando en el teclado respecto a lo de hacer doom, pero forma parte de lo que soy yo, ser un poco freak y diferente a lo que hacen los demás.

- Teclista en Shattered Sigh, Banda de Doom Melódico, nacida sobre el 2010, con aires de Paradise Lost o Katatonia (¡como conocidos por mi parte claro!). ¿Nos cuentas un poco sobre el grupo?

Un poco…te habrás dado cuenta que me cuesta decir pocas cosas -jeje-. Shattered nació de las cenizas de un proyecto anterior y fueron pasando por ella, me gusta tratarla en femenino, varios Componentes que forjaron su personalidad. Por un lado, fue muy querida por algunos y creció con ese cariño y en algunos momentos sufrió un maltrato que solo pudo superar porque soy la persona más cabezota del mundo y cuando consigo algo que me ha costado intento que no siga activo.

No me gusta decir que sea mi proyecto o mi banda ya que soy la única componente de los inicios, pero creo que mi cabezonería es la que ha conseguido hacer que no desapareciera en los peores momentos que hemos pasado.

Poco a poco hemos conseguido una formación estable y, en estos momentos, estoy orgullosa de la gente que forma Shattered Sigh.

Cada uno de nosotros aporta su bagaje musical y su estilo y lo funde en los temas que creamos juntos. Lo que más me gusta de todo ello es que no hay un ego enorme por parte de nadie de nosotros, y cocemos a fuego lento los temas con mucho cariño.

- ...he leído por ahí, que hay proyectos cociéndose. ¿Nos puedes contar o adelantar algo?

Una semana antes de empezar el confinamiento hicimos un bolo que nos apetecía mucho con Onirophagus y Evadne en la Sala Monasterio de Barcelona y teníamos ganas de continuar con el buen feeling que sentimos al tocar en directo.

Hacer que el merchandising -camisetas- que habíamos hecho con mucho cariño gracias al diseño de Sil -diseñadora de subterráneo- se moviera y poder regalar a la gente nuestro freak-doom-pack. Presentar temas nuevos que íbamos hilvanando en el local, plantearnos grabar disco nuevo para finales de año, tocar muchas veces en directo.

Teníamos muchas ganas de salir, de movernos ya que los directos que habíamos hecho nos habían gustado y, teniendo claro que siempre hay errores, nos sentíamos orgullosos de lo que habíamos conseguido hasta el momento con Shattered y queríamos que más gente nos conociera.

Y el mundo se paró.

- Cual es vuestra inspiración a la hora de componer nuevos temas...

Creo que no tenemos una línea que defina cómo componemos los temas. La mayoría de las veces crecen alrededor de una idea, un riff, una melodía, de algo que nos mole e inspire a la mayoría.

Cuando alguno tiene una idea la presenta y cada uno vamos trabajando sobre ella en casa o en el mismo local.

En mi caso las ideas surgen de un ostinato melódico, me mola mucho el minimalismo y los temas que dan vueltas a una misma frase melódica como si de un mantra se tratara.

Cuando tenemos el tema completo lo grabamos y cada uno lo escucha en casa para ver qué podemos cambiar y mejorar. La verdad es que luego mejoran mucho cuando los grabamos en estudio y no por editar las partes que no salgan si no porque nos paramos en ver qué estructura sería la mejor o qué partes sobran. La verdad es que cuando grabamos con Ax en su estudio estamos muy cómodos y nos ayuda un montón.

- ¿Rituales antes de subir a un escenario? (¿vestirse, pintarse, preparar escenario?

Nunca he seguido un estilo o me he pintado en exceso, pero creo que en estos dos últimos bolos he conseguido encontrar mi estilo, me encanta como lucen mis canas bajo los focos y mirar con cara de pocos amigos al público entre los pelos.

Antes de subirme al escenario me pongo muy nerviosa, tengo un subidón de adrenalina bestial y me da rabia porque paso mínimo el primer tema como sedada. He hecho un montón de bolos, de diferentes estilos, con un montón de público e incluso siendo cantante es que incluso con los festivales de mis alumnos tengo esa sensación. De todas maneras, ese sentimiento no lo cambio por nada, me parece lo mejor y disfrutar de un buen directo es mágico.

Antes de empezar el bolo me gusta dejarlo todo muy bien preparado y si tocamos con más bandas no me gusta molestar o tardar en montar y desmontar, soy muy metódica en ello, aunque parezca que sea una locuela -mi caja de cables es famosa-

- ¿Qué te gusta transmitir encima del escenario y que se capte desde el público?

Encima del escenario, cuando pasa el primer tema, suelo ser bastante payasa y me mola dar un toque personal, aunque haga doom. Tal vez, como teclista, sea demasiado histriónica pero no puedo evitarlo, me dejo llevar por la música y me gusta romper con las normas. Tan pronto puedo estar tocando un pasaje de piano con todo el feeling y la seriedad del mundo como me puedo agachar y esconderme debajo de él.

Siento mucha pasión por la música y con la que hago en Shattered, finalmente, me siento orgullosa por lo que pretendo que el público capte la energía que le ponemos a los temas. Hay veces que un sonido un riff, de mi banda o de alguna de las que me molan, me hacen viajar y olvidarme de lo que tengo a mi alrededor.

Sólo espero que la gente que me venga a ver pueda sentir la pasión que pongo en nuestros temas.

- ¿Como ves el panorama musical a día de hoy?

A día de hoy, con todas las fechas aplazadas, las sales de conciertos cerradas y el local de ensayo de SHATTERED SIGH con los instrumentos sin montar (el fin de semana anterior al confinamiento hicimos nuestro último bolo), lo veo muy negro. Sé que los músicos nos reinventaremos, pero va a venir una época muy mala para la música y más para estilos como el que yo hago. Este año había empezado muy dulce y los conciertos que habíamos hecho eran una bocanada de aire fresco que ahora está encerrado tras una mascarilla.

- ¿Y cómo mujer?

Pues...si te digo la verdad, no lo veo como mujer, lo veo como persona, no le pongo género a mi visión de la realidad que vivo y me gustaría que toda la sociedad llegue a verlo de esta manera. Defiendo a las mujeres por haber estado sometidas durante mucho tiempo a grandes injusticias y no ser libres, pero defendería con la misma pasión otras tantas causas. En este caso supongo que, al ser mujer, me siento muy identificada con esta y es la que puedo defender con total conocimiento sin temor a meter la pata.

- Sé que eres una gran defensora de la mujer, en todos los aspectos posibles y participas en Rockin’Ladies. ¿que pueden aportar estos proyectos?

Creo que puede aportar, precisamente, lo que te he respondido antes. Que no le pongamos género al papel de un músico, que no importe si la persona que está tocando el bajo, la batería o el teclado, es mujer, hombre... hace poco leí que, en España, se ha reconocido que se acabó esa simple visión binaria de las personas. Ya no solo hay hombres y mujeres, también hay personas transgénero, transexuales...hasta llegar a los 37 tipos (me gustaría saber, de todas maneras, quien se considera poseedor de la verdad absoluta para dar ese número en concreto)

Rockin’Ladies es una gran oportunidad para conseguir que todos tengamos las mismas oportunidades.

- Una situación que te llene de felicidad...

La sonrisa de mis alumnos con asperger al tocar el piano conmigo, los saludos emocionados de mis alumnos peques a través de la vídeo-conferencia, bajar del escenario tras un bolo, una cerveza fresca...hay muchas cosas que llenan de felicidad, de verdad...soy muy simple.

- ¿Qué te hace oscurecer?

El egoísmo que destilan las personas que no dudan en herir a otras por hacer que sus idees sean las únicas. La tristeza que se puede ver en los ojos de las personas que lo sufren me indigna y oscurece de la manera más negativa posible.

Un buen concierto de Doom, ya sea de Shattered Sigh o de otra banda, me oscurece de la manera más positiva e incongruente posible.

- Un deseo...

Que las salas de concierto no acaben cerrando masivamente para evitar que desaparezca la música en directo. Estos días se ha hablado de lo importante que han sido las manifestaciones artísticas para sobrellevar esta situación...ahora es el momento de demostrarlo.

He sido muy asidua de discotecas y noches de fiesta con amigos, pero, últimamente, la música en directo me aportaba la diversión perfecta. Espero que haya público de sobras para los conciertos que se empiecen a dar. No sé qué formato tendrán, pero espero que no tarden en hacerse.

- Lo que quieras aportar...

Me gustaría darte las gracias por la oportunidad que estás dando a que muchas podamos hablar sobre la escena metal y nuestras experiencias y mandarte muchas energías para maquetar esta entrevista puesto que me he enrollado como una abuelita que cuenta sus hazañas. Espero que pueda servir para que alguien conozca un poco más quien soy y haya muchas más Lu en el mundo que, estoy segura, acabarán mejorando mi versión beta (¿menuda amenaza no? Jejeje)

De nuevo gracias por la oportunidad y cuídate mucho.

Velas e incienso terminados, jajajaja. Pero sin dejar la esencia Doom, a cada paso.

Gracias por prestarte Lu, por contestar y por tu tiempo.

Espero que pronto el mundo despierte, para que volváis a los ensayos, a esos proyectos a medio cocer y a los escenarios, donde nos veremos seguro.

Realizada por Kont
22/06/2020