Saurom - 3/6/2016 - La Riviera (Madrid)
Nos acercamos el sábado 3 de junio a ver el concierto de los juglares, Saurom, que celebraban sus 20 años en la mítica Riviera en Madrid.
Era un concierto esperado tanto por la banda, que grababa el concierto sin concretar si acabará a la venta como DVD, como por los fans, que desde las 16:00 horas ya estaban haciendo cola soportando de pie estoicamente ante el sofocante calor que azotaba la capital. Ya en la cola, se vaticinaba una buena entrada, no solo los fans que siempre acuden a los conciertos en la capital se encontraban allí, gracias a que en las salas de conciertos de Madrid ahora se permite la entrada a menores pudimos ver adolescentes, niños de todas las edades e incluso algún que otro carrito de bebe. La sala, siempre cumpliendo los horarios, abrió puertas una hora antes de que comenzase el show, poco a poco empezó a llenarse una sala que a pesar de no registrar un lleno absoluto contó con una buena entrada, pasando ampliamente la mitad del enorme aforo de la sala. Sobre las 20h, media hora antes de la actuación, aparecieron tres zancudas que amenizaron la espera con AC/DC como banda sonora.
Puntuales, los juglares saltaron al escenario y no venían solos. Tito Lara a la guitarra acústica y ukelele, Alberto Domínguez a la flauta y el Coro Nerta apoyando las voces. Además, contaron con la colaboración de Julia Medina, a la cual podemos escuchar en el último disco de la banda “Sueños”.
La banda apostó por un set list en el que pesaban más los temas más íntimos y personales ante los temas más fiesteros y alegres, que a pesar de no olvidarse de ellos, quedaron en un segundo plano. El vocalista, Miguel Ángel Franco, ya nos avisaba que 20 años de música son muy difíciles de concentrar en dos horas y media de concierto. Este set list hizo aflorar muchas emociones, tanto en el escenario, con los músicos visiblemente emocionados en algunos temas, como en el público, que no paró en toda la noche y estuvo totalmente entregado de principio a fin.
Como no, no faltó animación desde el escenario: confeti, globos gigantes, malabaristas, las zancudas del principio que a lo largo del concierto fueron desfilando por el escenario animando el show con disfraces acordes a los temas en los que participaban y hasta Alberto Domínguez se disfrazó de Gandalf en la recta final del concierto. La pantalla del fondo del escenario fue un arma más para convertir un concierto en una fiesta, pudimos ver los videoclips de los temas, animaciones hechas específicamente para este concierto e incluso imágenes inéditas para algunos videoclips que acompañaban los temas.
El tiempo voló esa noche. Tanto a público como a músicos se les hizo cortos las dos horas y media de música y, a pesar de que esperaba una fiesta en la sala independiente del concierto, Saurom salió del camerino ante el público insistente que no quería irse a casa sin un tema más recompensando a un público insaciable. Fue una de esas pocas veces que una banda salió del escenario sin intención de volver pero los clásicos gritos de “¡otra, otra!” hicieron volver a la banda que tocó con todas las luces del escenario encendidas.
Al acabar, y como es costumbre en los gaditanos, se acercaron al público para saludar, firmar discos y posar en las fotos que los fans solicitaban. La seguridad de la sala, que con paciencia y amabilidad, fue desalojando la sala mientras se pluriempleaban como fotógrafos espontáneos. Muchos seguidores esperaron a la salida de la sala para poder charlar e intercambiar opiniones con los músicos hasta casi dos horas después de haber acabado el concierto.
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