Diabulus in Musica + Embersland + Bridge to Nowhere - 23/09/23 - Revi Live (Madrid)
El pasado 23 de septiembre nos dimos cita en la madrileña sala Revi Live para celebrar el aniversario de la sala y los estudios Revirock. Para la ocasión contaron con invitados de mucho nivel sobre las tablas como son Bridge to Nowhere, Embersland y Diabulus in Musica , aunque dicho sea de paso, se trató de una tarde noche muy accidentada que comenzó con un retraso considerable con motivo de las pruebas de sonido.
Los primeros en llegar y curiosamente últimos en probar y encargados de abrir la velada fueron Bridge To Nowhere, a quienes la esperase les debió hacer eterna, pues llevaban por las inmediaciones desde antes de las 16:00 horas, con una paliza considerable.
El quinteto conformado por Ana Rocha a la voz, César L. Pazos a la guitarra solista, Rubén Otero tras las rítmicas, Lucho tras los parches y Jimmy tras las cuatro cuerdas pasó su particular infierno junto a Dante, a medida que todo se iba normalizando con el pasar del tiempo.
Un infierno un tanto trastabillado, pues a lo accidentado del comienzo – aproximadamente hora y media después de la hora de inicio prevista -, hay que añadir ciertos problemas en la configuración del equipo que no permitió a la vocalista sonar con la claridad que se presupone, viéndose completamente ocultada por sus compañeros en la mezcla durante los primeros compases de la Divina Comedia de Dante, correspondientes al infierno.
El tardío comienzo obligó a hackear y hacer del paso de Dante por su particular infierno, uno más raudo y liviano. Hacer un “speedrun” vía purgatorio para llegar cuanto antes al paraíso. Pese a la gran cantidad de contratiempos. Bridge to Nowhere sacó todo adelante a base de profesionalidad, tablas y una unión entre compañeros que se hizo palpable y contagió al público asistente.
Seguro que estos inconvenientes no mermaron la curiosidad para aquellos que no conocíamos al grupo. En mi caso mantuvieron el interés en todo momento con una propuesta cambiante según el concepto lo requiera. No es lo mismo la agresividad de un tema que evoca el infierno (Descent, Into the hell, the devil’s Jaws) o el purgatorio (Seven) – donde tanto la voz como musicalmente se van tornando de más rasgada , cruda y agresiva a más melódica -, que en el paraíso (Light) donde todo se torna más lírico, épico y grandilocuente.
Estilísticamente y sin querer etiquetar, los tres grupos se mueven dentro del metal sinfónico, pero Bridge to Nowhere hacen más notoria su influencia más extrema (death Metal Melódico) y con ciertos toques progresivos. Me recuerdan a Ebony Ark, quienes demostraron 20 años atrás durante unos años que la escena emergente nacional está plagada de talento.
Desde la misma Barcelona desembarcaron Embersland, después de un viaje y un día agotadores, pero con la adrenalina y la dosis de energía extra que brindan la ilusión y las ganas de mostrar sus cartas y buen hacer y demostrar que por tierras catalanas hay también mucho talento escondido y que todo lo que se necesita es predisposición junto con actitud y perseverancia.
Podemos englobar el sonido de Embersland dentro de la escuela escandinava, destacando la importancia de unas voces bien armonizadas por parte de Clara y Will, en su mayor parte melódicas, limpias con algún que otro toque gutural para dar mayor contraste.
Voces que imprimen un componente emocional junto al sinfónico, que se puede captar especialmente en las teclas.
A nivel instrumental destaca el buen gusto en las melodías, la complejidad técnica y como no podía ser de otra manera, la presencia de los teclados de Xavi, principal fuerza compositiva del grupo, quien aporta técnica y musicalidad a partes iguales.
En ningún momento quiero dejar atrás al resto de componentes, pues todos tuvieron sus momentos para lucirse, y brillaron tanto de forma individual como conjunta, como es el caso de Gerard al bajo o Luka tras los parches. Juntos conforman una base rítmica demoledora en la que predomina el característico doble bombo. Mención especial para Ángel, natural de Los Realejos, Tenerife quien hizo un grandísimo trabajo teniendo en cuenta lo que las seis cuerdas demandan en un grupo como Embersland. Se mantuvo en un discreto, pero sufrido segundo plano, trabajando la mayor parte del tiempo en la sombra, pero con su cuota de protagonismo en los solos, animándose e interactuando con sus compañeros. Se ha aprendido el setlist en un tiempo récord y con un resultado visible desde el primer minuto.
Se nota el vínculo y la complicidad que hay entre compañeros, de la que te percatas cuando observas bien los pequeños detalles, miradas. Disfrutaron de lo lindo y dieron lo mejor de sí en su primera visita a tierras mesetarias para dejar el listón en lo más alto.
A nivel personal, al menos, fue el concierto que más disfruté. Ver a una vieja amiga como Clara sobre un escenario y comprobar cómo ha crecido con el pasar de los años a nivel tanto vocal como musical y cómo se ha involucrado en su obra más reciente “The Harbour In Me” en la que además ejerce como letrista junto a Luka.
Clara es también autora del artwork, que recuerda mucho al Dark Passion Play de Nightwish por otra parte, y en el que basaron gran parte de su repertorio junto a los temas más destacables de discos anteriores como Strike Back que inicialmente estaba en el setlist pero cayó a última hora por cuestión de tiempo o Sunrise Pt.2 con la que cerraron.
Tras el huracán Embersland y después de los minutos de rigor para adecuar todo a los cabezas de cartel, hicieron su entrada los navarros Diabulus in Musica. Se trata de unos de los estandartes del metal sinfónico nacional. A medida que ha ido pasando el tiempo han ganado relevancia a nivel europeo contando con la colaboración de varios músicos de las Orquestas Filarmónica de Londres, la Sinfónica de RTVE, el Coro Nacional de España, o de músicos / productores de la talla de Sascha Paeth (Rhapsody, Kamelot, Angra o Avantasia entre lo más granado del metal sinfónico europeo), Mark Jansen de Epica, Ailyn de Sirenia y Thomas Vikström de Therion entre otros.
Es una banda con un claro enfoque internacional, contando con el amparo de sellos como Metal Blade Records (Ensiferum, King Diamond, Amon Amarth..) o su actual Napalm Records (Alestorm, Einjerher, Delain..). Han hecho un gran trabajo también en lo que respecta a la difusión de su lengua materna, el euskera, que mezclan en sus composiciones con el castellano, inglés y latín.
Conviene ser conscientes de lo tremendamente complicado que es llevar al directo una propuesta como la suya, que mezcla de manera muy efectiva el mundo más clásico y orquestal, agregando los coros con buen gusto y en su mayor parte sin sobrecargar (como sí han hecho otros compañeros (ejem, Luca Turilli’s Rhapsody, ejem), pasando por varios estilos muy bailables como el Swing en el propio “The Misfit’s Swing”, - de mis favoritas de la noche -, hasta una sonoridad más propia del metal más extremo en Shadow Of The Throne, que me recuerda a los Dimmu Borgir más sinfónicos, con gran presencia tanto de los guturales como de los coros. La influencia del metal más moderno está presente en temas como Sceneries of Hope. Todo ello con un equilibrio, variedad y musicalidad muy logrados.
Es complicado, pero si hay temas que puedan definir a Diabulus in Musica a una primera escucha además de los ya mentados, escogería Otoi (que cantan completamente en Euskera), Inner Force, Ex Nihilo, One Step Higher con la que abrieron, o Earthly Illusions, con la que cerraron.
En lo que respecta a la noche en sí, si bien no estuvo exenta de problemas, pero demostró la versatilidad, complicidad, química y contrastes a nivel musical y vocal de Zuberoa y Gorka, la contundencia y solvencia de la base rítmica formada por David al bajo e Ion tras los los Parches y la solvencia de Aimar a las seis cuerdas, aderezada con la omnipresencia de Gorka también tras las teclas / keytar.
Considero que pese a todos los problemas que hubo, que no fueron pocos, el concierto pudo haber lucido mucho mejor de lo que resultó. En cualquier caso, es una percepción personal y los problemas que surgieron a medida que los setlists avanzaban, por lo general se solventaron con la inmediatez y profesionalidad que caracteriza a la sala. La Revi también es conocida por tener uno de los mejores despliegues de iluminación en Madrid, y por lo general mantuvieron el nivel que les caracteriza.
El público respondió a las mil maravillas con todos los implicados (Bridge To Nowhere, Embersland y Diabulus in Musica), disfrutando y haciendo disfrutar. Implicándose en las canciones y haciendo olvidar con esa comunión que se crea entre Bandas y asistentes, todos los problemas de una noche accidentada.
A fin de cuentas, fue una velada para celebrar el aniversario de una sala que nos ha dado y le quedan por dar muchas alegrías.
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