Ripollet Rock 2015 - 28/08/2015
Ripollet Rock 2015, el último festival del verano por excelencia en los alrededores de la capital catalana y esta vez con más motivo que nunca, puesto que mis vacaciones fueron pospuestas al día siguiente para poder cerrar la temporada.
La ubicación, la que últimamente nos viene siendo tradicional: El Parc dels Pinetons, que lucía esplendoroso con un gran escenario al fondo y buena iluminación. Garitos de merchan y el bar de la organización apagarían la sed de la gente, al menos al principio.
No hay que olvidar que el festival es organizado por una asociación sin ánimo de lucro y montado íntegramente por voluntarios, así que conseguir un evento con esta tradición y de esta magnitud, es cuanto menos loable.
Se arrancó muy puntual con los locales Ron de Kaña. El cuarteto se plantó en el escenario ante una aún no considerable cantidad de público a interpretar algunos temas de su segundo trabajo: "No me arrepiento" de descarga gratuita en su bandcamp.
La veterana banda con más de 15 años a sus espaldas, se entregó y disfrutó con su mezcla de Rock Urbano/Punk Rock a medida que cada vez se iba acercando más respetable delante del escenario.
Clásicos como "Seguiremos cantando" intercalaron temas como "Vuelta a Empezar" o "Voy a Tocar el Sol" a la vez que la noche iba cayendo con oscuridad ante un Parc dels Pinetons cada vez más vivo y luminoso.
Siguió el festival con una banda que viene pisando con mucha fuerza como son Stained Blood, banda que viene avalada por una gran promoción de su último trabajo "Hadal" y que se encuentra en plena gira de presentación a nivel nacional.
Stained Blood tienen un directo potente, directo y muy dinámico en el que prima la movilidad y la entrega junto a la descarga trallera que tienen. El black/death metal que practican (y no death melódico como fueron descritos en algunos lugares), es un género que tiene que llegar y gustarte y no sé si todo el público supo apreciarlo, lo que si sé es que la entrega de todos sus miembros quedó fuera de duda con un derroche físico e instrumental más que importante.
La figura principal, Rou, como frontman y vocalista es un máquina inquieto que ya había tenido el placer de ver en otras formaciones como Breakdown Collapse, y pude observar que un escenario pequeño o grande, da igual, no se amedranta y recorre kilómetros a lo largo del directo sin que su voz sufra un ápice.
Recorrieron su último trabajo Hadal con temas como "Perpetual", "Stargazer" o "The Mask" y repasaron algunos de su disco debut "One Last Warning".
Las guitarras de Miguel y Borja, afiladas no dejaron un solo riff al azar, ofreciendo contundencia y una auténtica exhibición de Head Banging que debió dejarles con agujetas por días!
La batería de Salva, muy trabajada y bastante compleja, sonó como un trueno junto al bajo de Raúl.
La gente siguió llegando y contagiándose poco a poco de la entrega de la banda, llegando a romper las primeras filas en éxtasis con los indómitos acordes de los barceloneses.
Finalizó el show y llegó el turno a la última banda nacional y posiblemente motivo de asistencia para muchos y es que después de la disolución de Avalanch y de los también locales Amadeüs, había muchas ganas de ver la regeneración del power metal en castellano por excelencia con Alquimia.
Saltaron al escenario con la introducción de su trabajo presentación "Mutus Liber" y de ahi a reventarlo con "El lobo y el arca" ya fue todo una.
La gente ya abarrotaba la pista frente al escenario y desde el foso el sonido de la banda fue sencillamente perfecto. Después comenté con algunos amigos situados en los laterales que no se escuchó tan bien, pero yo vi centrado todo el bolo y me pareció de diez, también en cuanto a sonido.
Israel Ramos ya no es un novato y se nota. El muy buen frontman que dirigía la formación de Amadeüs se ha convertido en un grande de la escena nacional y salta a la vista. Se le ve disfrutar, llevar el show a su terreno, gestos trabajados y el desprendimiento de una alegría enorme, junto a su compañero y amigo Rubén Lanuza al bajo, que no dejó de disfrutar, saltar y entregarse todo el concierto. Me emociona ver el triunfo de dos grandes músicos, que sin duda merecían un reconocimiento popular más masificado como el que reciben junto a la banda de Alberto Rionda.
Temas de la época Avalanch cayeron como "Xaná" casi al principio o más adelante "Torquemada" y "Pelayo" que me permitieron saciar mi espinita por no haber podido asistir en aquel entonces a la gira de los asturianos. Isra los defiende con su timbre de voz, similar al de Ramón Lage, de manera sobresaliente, demostrando su candidatura a grande de la escena. Alberto, más estático lleva todo el peso guitarrístico y lo carga a sus espaldas con maestría llenando casi todo el rato con su guitarra el posible vacío que podría crear no llevar una rítmica apoyando detrás. No en vano, es uno de los históricamente más importantes músicos de metal de este país por derecho propio.
Me gustó mucho ver a Chez García en varias ocasiones, equipado con un Keytar en primera fila junto a Rubén enzarzando al público más que entregado, casi diría, al menos en las primeras filas extasiado ante el directazo que observaban.
"Sol Negro" tuvo protagonismo después de que le cantaran cumpleaños feliz al cantante local demostrando que a pesar de ser single de un disco que aún no ha visto la luz, la gente ya conocía la letra y así como de temazos de su, de momento, único trabajo como "Dama Oscura", "La Divina Providencia" o la impresionante balada en la que Alberto pudo lucirse "Claro de Luna".
Leo Duarte, a la batería tiene un importantísimo papel dentro del doble bombo martilleante que devuelve el power metal a primera linea de fuego, al menos a nivel nacional. Excelente entrega, interpretación y show el de los catalano-asturianos que cerraron con "Sacrificio" una triunfal noche más.
Llegó el momento de bandas internacionales como ya es costumbre y lo hicieron con unos clásicos del power, los alemanes Iron Savior, liderados por Piet Sielck, quien no sé si muchos saben, se encuentra en las raíces de los fundadores de Helloween junto a Kai Hansen.
Sabíamos de antemano que el batería ex-Gamma Ray Thomas Nack y el bajista Yenz Leonhardt, no habían podido asistir por motivos laborales, así que cabía ver como se "portaban" los suplentes. Y la verdad es que musicalmente muy bien.
Me llamó la atención la bandera de fondo, pues ilustraba la portada de su primer trabajo de homónimo nombre Iron Savior de por allá el año 1996 cuando en la banda estaban Kai y el por entonces batería de Blind Guardian Thomen Stauch. ¿Sería el mismo fondo de conciertos de la época?
Otro punto que me llamó la atención fue la indumentaria completamente descuidada como una camiseta deportiva, o una camisa cualquiera. Quizá de una banda de esta trayectoria, se esperaba algo más de show, y no solo de concierto o interpretación (que fue excelente).
Temas de los últimos 19 años tuvieron cabida como "Condition Red" (uno de mis favoritos), el himno "Heavy Metal Never Dies" aunque sin olvidar que presentaban disco: "Rise of the Hero" con temas como "Last Hero” o “The Omega Man".
El broche final llegó, lamentablemente con una versión "Breaking the Law" de Judas Priest que dejaba un sabor agridulce ante la expectativa creada. La verdad es que servidor estuvo muy contento de poder ver a otra banda que faltaba, dentro del elenco de "clásicos" con el que hemos crecido personal y musicalmente.
Y finalmente, tarde ya y con la gente tan extenuada como expectante (y con infinitas colas para conseguir una cerveza) saltó Jorn con su banda, valga decir que con bastantes cervezas en el cuerpo.
Tenía tanto temor como respeto por el show y fue empezar y ver a un señor en mayúsculas, coger el micrófono y conseguir que pareciera de juguete. Un chorro de voz espectacular hacía que ya nada importara. Ni si sus músicos estuvieron dinámicos, estáticos, si se movieron, si sonaron bien, nada importaba puesto que Jorn Lande estaba dando un recitar de garganta en mayúsculas.
Con gestos y movimientos característicos, movidos por una mezcla de saber hacer, impronta personal y posiblemente también cansancio, alcohol y emoción, era imposible no quedar con la boca abierta viendo el despliegue de Jorn con sus múltiples timbres y matices que desprende como vocalista. Trond a la guitarra se bastaba también para completar el sonido de la noche de mano de los noruegos aunque sin desmerecer al resto.
Por destacar algunos temas, el inicial "Carry the Black", "Time to Be King" (me encantó!), "Stormcrow" o el cierre con "War of the World". Sencillamente encantado de haberlo podido vivir.
Un par de versiones de Dio hacia el final como son "Rainbow In The Dark” y “The Man On The Silver Mountain" pusieron el broche de oro a una actuación memorable y que en boca de todos estaba, esperaban volver a ver en vivo junto a Avantasia el próximo marzo.
Una gran noche más, y porque no decirlo, larga, demasiado larga, el Ripollet Rock hizo que las greñas metaleras catalanas disfrutaran de un show grande, cada día más grande y que pone el broche de oro a otra temporada más de música en vivo; de metal en vivo!
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