Ripollet Rock 2018
Una vez más, como cada año, el Ripollet Rock se empecinaba en recordarnos que el verano llega a su fin, y congregaba una vez más, a un montón de heavies vallesanos, barceloneses y del mundillo en general.
No olvidemos una vez más, el caracter gratuito del evento, enmarcado en las fiestas de un pueblo comprometido con el rock y el metal como es Ripollet, no en vano, la primera banda siempre es local, y en esta ocasión, les tocó repartir cera a We Exist Even Dead! Pero esa noche teníamos de nuevo tres grandes presencias internacionales como Crazy Lixx, Royal Hunt y finalmente los austríacos Serenity, además de los hard rockeros gerundenses Hard Buds.
Así pues, llegamos (con una nueva metalera en el cochecito) al Parc dels Pinetons, y me encontré con un problema con la mesa de luces, que provocó un pequeño retraso en el inicio (la tuvieron que cambiar!), pero lo hicieron celerosamente y recuperaron el tiempo, así que, una vez más, un 10 a la organización (voluntarios!).
Mientras a la mayoría de asistentes, les recordaba el final del verano y de las vacaciones, un servidor se hallaba a las puertas de empezarlas (de ahí el retraso en esta publicación), pero pronto todas esas sensaciones se desvanecieron, pues subieron al escenario ante un ya muy numeroso público los nu-metaleros "We exist Even Dead" a demostrar toda su contundencia.
Sonrisas entre los músicos, buen sonido, poses, saltos y una gran entrega, fueron la tónica de estos jóvenes locales, quienes arrancaron gritos y vítores de sus fieles, a quienes agradecieron su apoyo desde el inicio.
Desde Arthur en las voces, desafio constante, las dos guitarras de Oscar y Alejandro (apisonadoras), y la base rítmica formada por la dupla Guille / Moshmann, fueron pisando casi literalmente al público con una descarga brutal, a gran volumen, que encendió el inicio del festival, gustando a propios y quizá un poco demasiado potentes para los más clásicos, pues su mezcla entre groove, metalcore y progresivo, no siempre cala en todos los públicos, por definición que no por su excelente descarga a todos los niveles, presentando su LP, "Eventide".
Así fueron comiéndose el escenario y fueron pasando los minutos hasta que la gente los premió con una calurosa despedida que dio paso a los gerundénses de Hard Buds, una banda trotamundos que lleva años haciendo kilómetros en escenarios más grandes y más pequeños, teniendo en su haber incluso una reciente gira por Suecia.
Así pues, con un pedazo de disco bajo el brazo como es el Thunderstorm, que fecha ya del 2016, esta banda con un caracter marcado que recuerda a Airbourne o bandas con gran desparpajo, guitarreras y sobretodo, divertidas, entregadas y que generan un directo que sin duda engancha.
La voz cantante la lleva Robert Garcia, quien también se entrega que da gusto con su guitarra negra, tipo Les Paul y le hace las veces, tanto en los coros como siendo la guitarra protagonista a su derecha, otro crack como es Txus Deacon.
La banda de Girona centra el total protagonismo en las guitarras, pero por supuesto, con una base rítmica potente y que les permite la diversión tanto propia como la del público como son la batería incansable de Mark Rullo y el bajo en continuo movimiento de Alex Rocha.
Temas propios, casi himnos ensalzando toda una vida dedicada al disfrute del rock, así como alguna que otra versión que levantó al personal como por ejemplo el Runnin’ Wild de Airbourne. Muy grandes
Llegó el turno de la primera banda de más allá de nuestras fronteras y fue el turno de los desconocidos para mí Crazy Lixx, que venían etiquetados como una gran banda más de esta gran ola de hard rock sueco moderno en el que incluimos bandazas como H.e.a.t., The Poodles (ya presentes hace unas ediciones) o Eclipse, y efectivamente...demostraron el buen estado de forma del A.O.R. sueco!
Llegaban presentando su nuevo trabajo, al cual ya le he dado unas cuantas y buenas escuchas tras su actuación, llamado Ruff Justice y que me animaré próximamente a reseñar. Se trata de un hard rock moderno, brillante pero con claros toques ochenteros y gran predominio de las guitarras.
Llama la atención también una estética muy marcada con ceñidos pantalones de cuero, ajustados chalecos, tachas y como evidenciaron un excelente estado físico, también pectorales para repartir! La verdad es que la puesta en escena fue quizá de lo más brillante de la noche, con continuas poses, largas cabelleras ondeando al viento y una estética muy adecuada para el deleite de su música.
Temas llamados a ser santo y seña de la banda como "Wild Child" o "21 til I die" sonaron y levantaron al público que no les conocía así como sentó como regalo a los fans del grupo.
Dos guitarras que sonaron tan llamativas como sus portadores, Chrisse Olsson y Jens Lundgren, un bajista que parecía que había venido a encandilar al público con su sonrisa (Jens Sjöholm), quien compartía base rítmica con el batería Joél Cirera y al frente de todos ellos el vocalista y frontman Danny Rexon, quien tuvo a bien mostrarse también tras sus gafas de sol así como de una máscara en algún tema.
Buena actuación que para mí fue de lo más llamativo del festival y que me ha dado la oportunidad de descubrir su música, supongo que como a mucha otra gente.
Tiempo para los daneses, una banda veterana, originaria de Copenhage, ciudad con la que me siento muy unido, y que venía a descargar sus clásicos para el deleite de los presentes.
Importante destacar la presencia del alma mater del grupo, al menos en los directos como es DC Cooper, un vocalista a la vez que frontman que fue de menos a más, ganándose a los asistentes.
No hay que olvidar que el plato fuerte de la banda son la mezcla progresiva que se forma al juntar las guitarras, muy comedidas, con poca distorsión, a la par que protagonistas de Jonas Larsen y los teclados del maestro de ceremonias y creador de la banda, André Andersen.
La verdad es que para las horas que se habían hecho, el setlist elegido quizá fue un pelín demasiado progresivo y la gente hubiera demandado algo más de movimiento, pero la ejecución fue espectacular y a mi me pareció una banda muy a tener en cuenta aún y el paso de los años. Nunca me habían llamado excesivamente la atención, pero siempre les he tenido un ojo puesto y supongo que ahora entiendo el porqué.
Sonaron algunos clásicos como "Half Past Loneliness" o "Wasted Time" y algunos más recientes como "Fistful of Misery" o bien "A Million Ways to Die". Como digo, es imprescindible para disfrutar del show, que DC Cooper esté en forma y entregado y debo decir, que se ganó ampliamente al público.
Andreas Passmark al bajo y Andreas HABO a la batería completaban el set de músicos que ofreció un show espéndido, que seguro que una horita y media antes, hubiera tenido aún más gancho!
Finalmente se cerró el tema con la actuación más estelar y esperada de la noche, pero me temo que no la más masiva debido a que, y lo digo con todo el cariño del mundo a la organización, los horarios no se ajustan a las fuerzas de las hordas heavies de hoy en día, o bien, porque ya están durmiendo, que las familias no perdonan al día siguiente (mi caso), o bien porque a las 4 de la mañana, el estado de embriagez es ya tal, que ni se ve, ni se escucha. Así que quizá con una afluencia lamentablemente mucho menor de lo merecido, salieron Serenity sobre las tablas a dar un auténtico recital.
Valga decir que como la banda está aún preparando su gira que empieza ya mismo de su nuevo disco Lionheart, ofreció mucho material del trabajo que me hizo descubrirlos y admirarlos, por lo que lo disfruté mucho: Codex Atlanticus.
Descubrir en Georg, el frontman, a un clon físico de mi hermano, me hizo también estar un poco más fascinado de lo habitual ante el recital que dio la banda con temas que me hicieron vibrar de lo lindo como "Follow Me", "Iniquity" o "Spirit in the Flesh".
Pero no quedaron sin sonar "Lionheart", "Hero" o "United" entre muchas otras que hicieron que la gente restante (repito, demasiado poca y no culpo a la gente por ello) disfrutara como enanos.
Descubrimiento brutal, ya no como vocalista sino como frontman el de Georg Neuhauser, y muy buena la puesta en escena del guitarra y espíritu Cris Hermsdörfer, junto al teclista. Impresionante también el desparpajo y la fuerza vocal empleada por el bajista, Fabio D'Amore, quien tuvo mucho protagonismo, mientras tras ellos mamporreaba a ritmo de doble bombo perfecto, Andreas Schipflinger. Menciono a todos ellos, porque curiosamente Serenity usa mucho coro y me dio la sensación que no estaba sampleado, sino que todos los músicos allí presentes tenía una destreza y una habilidad vocal sumamente cuidada con un resultado final impresionante! Me encantan los grupos que usan grandes coros en directo por parte de sus miembros!
Y así finalizó una excelente edición más del Ripollet Rock y quisiera recoger los comentarios de la mucha gente a la que vi y saludé, no como crítica destructiva, pues habrá sus motivos, pero si como sugerencia, que si todo empezara una hora antes, probablemente acabaría mucha más gente el festival ante sus ídolos llevando la sensación final del agridulce, al excelente!
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