Esclavitud - Condenados al paraiso (2011)
Power Metal
Autoproducido
2011
Temas
1.- Alerta roja 6:02
2.- Dejarnos la piel 9:27
3.- Mi decisión 6:21
4.- Lágrimas de sal 9:27
5.- La última estación 5:32
6.- La noche de los héroes perdidos 9:35
7.- Alzados (intro) 0:37
8.- Gritarle al silencio 6:27
9.- Un nuevo camino 9:37
10.- Auto de fe 7:53
11.- Condenados al paraíso 5:58
Formación
Voces: Adrian Lugo
Guitarra: Alexis Guerra
Bajo: Ramón Cebrián
Batería: Mauro Martín
Crítica
Desde la Laguna de Tenerife, llegan los insulares Esclavitud. Después de un primer disco, Involución, que no tuvo demasiado eco, al menos en la península, nos sorprenden yendo a por todas con este Condenados al Paraíso.
Después de escuchar el disco, a mi cabeza vienen términos no musicales: Arrollar, bomba, trailer, demolición, tren de mercancías,... y esto es porque es un disco de metal mezclando al límite el power con reminiscencias trash, muy, muy potente. Una contundencia absoluta, y un discazo enorme, la que demuestran estos chicos, que intuyo que deben tener un directo absolutamente puro y duro. A ver si podemos disfrutar de ellos próximamente, pues han apostado por saltar a la península con relativa frecuencia.
El disco abre con una alarma nuclear, que avisa que lo que va a venir a continuación no es apto para cardíacos, así "Alerta Roja” es una carta de presentación en toda regla de lo que va a seguir siendo el disco. Los temas de éste son bastante largos, obteniendo una media por encima de los 6-7 minutos.
En Dejarnos la piel, tema de casi 10 minutos poderosamente dominado por la guitarra, Adrián Lugo nos recuerda con su registro vocal a José Cano de Centinela, aunque a lo largo del disco, demuestra tener diferentes variantes de muy diferente rango a la hora de modular su voz.
Mención especial merece Mi decisión, tema pegadizo, de estilo power, donde este cuarteto nos demuestra no solo su potencia y definición, sinó que además, el hecho de contar con una sola guitarra no va a ser motivo para generar menos tralla y lo desmuestran a lo largo de cada tema del álbum. El riff principal, no está apoyado por una segunda guitarra de estudio, ni falta que le hace. Esto hará el directo más fidedigno al disco, que muestra una ejecución clara y rápida de Alexis Guerra y acompañado por un bajo espléndido a las manos de Ramón Cebrián, haciendo justicia al tema y redondeándole el sonido.
El disco está producido por Andi Deris y grabado en los estudios “Mi sueño”, propiedad de éste. Así pues en Lágrimas de Sal, conociendo este dato, no se puede más que mirar si Andi ha hecho alguna colaboración vocal, pues Adrián de nuevo se sale y muestra una modalidad de timbre, que recuerda mucho a un Deris “rasgado”. Muy meritorio, pues no existe tal colaboración!
La última estación, es un tema rápido con una batería sacudida por Mauro Martín desde un inicio, y es uno de los más llamativos del disco, por su facilidad de escucha, sin perder la esencia creada por estos mosntruos del metal, lo mismo sucede con Gritarle al silencio.
El disco cierra, después de más de 70 minutos de contundencia con una canción más lenta, bajando el tono y recordándonos qué acabamos de escuchar: Condenados al paraíso.
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